TRICOLORES

En las horas previas al partido con Fénix el tema principal en Nacional pasó por la molestia de la dirigencia del club con Ruben Sosa por las declaraciones que hizo sobre Brian Ocampo (“cada 20 días se lesiona este muchacho y es tremendo jugador. Cuando ves una lesión así es porque no se descansa bien”) y a su vez la que generó en el Principito que el presidente José Fuentes dijera que era un “funcionario del club”, ya que él considera que es más que eso por lo que le dio a la institución.

Ayer sobre el mediodía se dio la charla anunciada por Ovación entre la dirigencia y Sosa. “Fue una charla de esas que deben quedarse en la familia y el tema se solucionó como se hace dentro de una familia: con un abrazo”, dijo el presidente tricolor al llegar anoche al Gran Parque Central. Le restó trascendencia al punto y lo dio por superado.

La cuestión entonces pareció haber quedado zanjada, pero todavía faltaba que alguien más diera su veredicto: la hinchada. Ello ocurrió instantes antes de iniciar el segundo tiempo, cuando el equipo salió a la cancha. Entonces comenzó a bajar el cántico de la barra, ubicada en la cabecera Abdón Porte: “Sosaaa, Sosaaa...”.

Solo desde allí partió el canto de apoyo al ídolo tricolor, pero es una señal para la dirigencia e incluso para Ocampo sobre lo que significa el Principito para la barra y a quién se le da el apoyo en este tipo de circunstancias. Sosa le dio tres títulos a Nacional como futbolista y eso para el hincha es lo que más importa.