CAMPEONATO URUGUAYO

El golero suplente siempre tiene que estar listo para los imprevistos y sobre todo, rendir, demostrar y sumar minutos de calidad para aportar su granito de arena en el equipo. Thiago Cardozo, lo sabe.

No sabe cuándo, cómo ni dónde será su próxima aparición. Pero, siempre tiene que estar ahí para que cuando ese momento llegue, lo aproveche.

En Peñarol, el golero titular desde hace ya largo tiempo es Kevin Dawson, que llegó en 2017 y le dio al carbonero la solución a un problema que durante años tuvo en vilo al club y que costó hasta incluso campeonatos.

De ahí en más, la institución comenzó a preocuparse por sacar arqueros de las formativas y hoy se puede decir que salvo el coloniense que arribó desde Plaza, todos son del club.

Thiago Cardozo es uno de ellos. Es ese suplente que siempre tuvo las cosas claras y que nunca se nubló a la hora de que le presentaran una mínima chance para irse de Peñarol. Es más, cuando la tuvo, no la aceptó y prefirió quedarse en el club de sus amores.

En la primera fecha del Torneo Clausura, Dawson fue expulsado en el Estadio Luis Tróccoli frente a Cerro y a los 60' Thiago Cardozo tuvo que entrar para ponerse delante de Maicol Cabrera, que tenía un penal a favor del albiceleste. Lo anotó y el partido terminó 1-1.

“Con Maicol fui compañero en la selección Sub 17 y más o menos lo tenía estudiado, pero no se dio atajarlo. Fue difícil entrar porque cuando calenté se me terminó el partido. No llegué a ver ni siquiera en qué minuto entré porque ahí no hay momento para eso. Expulsan a Kevin y ya me dicen ‘¡dale, dale que entrás!’. Cuando terminó el partido decía por dentro ‘¿ya terminó?’”, le contó Thiago Cardozo a Ovación.

Esta noche frente a Defensor Sporting, el lacacino de 24 años jugará su partido número 13 en el primer equipo de Peñarol, el undécimo como titular. Ese sábado 16 de enero Thiago se fue a dormir con la cabeza puesta en el equipo violeta. Es más, el domingo 17, día en el que el equipo de Gregorio Pérez enfrentó a Wanderers, miró todo el encuentro.

“Lo vi de manera diferente. Viendo por dónde atacaban más, quiénes eran los que más lastimaban en la ofensiva porque lo preparás de otra manera. Me encanta ver fútbol. Miro todo. Pero, ese partido lo vi con otros ojos porque se trataba del próximo rival y siento la necesidad de prepararlo al máximo porque sé que si voy a jugar, no hay excusas, tengo que dar todo y no se me puede escapar ningún detalle”, explicó el golero, quien hace tres empezó a estudiar inglés y que además está haciendo el curso de director técnico.

Pero, todo cambió después de ese fin de semana. Peñarol pidió la postergación y la segunda fecha quedó inconclusa: “No se sabía qué partido íbamos a jugar. En principio era el de Defensor Sporting, luego parecía que con Danubio y hasta se habló del clásico. Dejate de joder, una vez que me toca, se suspende. No lo podía creer. A pesar de todo igual nosotros queríamos jugar, pero el club pidió la postergación y hubo que esperar unos días más”, recordó.

La de esta noche sin duda será especial para Thiago, que en 12 partidos como golero de Peñarol acumula seis triunfos, cuatro empates y dos derrotas con 12 goles recibidos manteniendo el cero en su arco en tres juegos: “Jugar es lo mejor que le puede pasar a un futbolista y sobre todo si sos arquero y suplente. No sos prioridad para el calentamiento, sabés que las oportunidades son pocas porque hay un compañero que es titular, pero cuando toca hay que aprovechar. Fijate que yo juego un partido cada seis meses prácticamente. Ahora tengo esta chance y yo lo que más deseo es jugar. No voy a mentir: llego falto de fútbol. Pero estoy en Peñarol y no hay excusas. La falta de ritmo y de rodaje quedan de lado porque el club necesita que el arquero tenga un buen partido. Andá a explicarle después al hincha que vengo falto de fútbol… Las excusas acá no corren, porque no hay margen de error”.

Lejos de sentirse presionado, Thiago Cardozo disfruta de hoy ser arquero de Peñarol porque si bien llegó al club muy pequeño desde su Juan Lacaze, vivió todos los malos momentos que el aurinegro atravesó con el tema del arquero: “Me acuerdo que cuando llegué a formativas era tema recurrente cada seis meses el del golero, a ver quién venía. Hasta para la Tercera llegaban arqueros. Eso hoy por suerte no pasa. El club cambió en eso y las oportunidades para los que venimos de formativas son otras y muy buenas. Fijate que yo hace varios años que estoy en Primera, pero atrás de mí vienen Martín Correa, Jonathan Lima y Randall Rodríguez. Son gurises formados en el club que vieron cómo yo pude hacer la escalera y llegar y que ellos mismos se preguntan: ‘si Thiago pudo, ¿por qué nosotros no?’. Eso está relacionado con el sentido de pertenencia que se va transmitiendo desde arriba, con el Gallego Oscar Ferro y con el Popi Flores. Dos fenómenos que ganaron un montón de cosas en el club y que siempre nos están apoyando, laburando 24 horas para que no nos falte nada y eso se ve en el trabajo porque por algo de cinco arqueros que te nombré, cuatro somos formados en el club con un gran sentido de adhesión”.