SUPERLIGA AMERICANA
El equipo argentino tuvo una notable performance en la Superliga Americana de Rugby: ganó los 12 partidos que jugó.
Fue un cierre perfecto para Jaguares. También para la Superliga Americana de Rugby y para un deporte que le hizo frente a la pandemia de coronavirus y con un estricto protocolo transcurrió de manera normal, sin contratiempos tanto en Santiago de Chile como en Montevideo, donde anoche la franquicia de Argentina obtuvo el título.
En una final más que emotiva, con una batalla táctica de por medio y con errores que se pagaron caro de ambos lados, el equipo de Carlos Ignacio Fernández Lobbe prevaleció ante un combativo Peñarol, que comenzó mejor, que logró jugar en campo rival y que hasta se puso en ventaja luego de 20 minutos iniciales muy disputados en el Estadio Charrúa.
El nerviosismo de la final jugó su papel en los dos equipos. Las imprecisiones se adueñaron por momentos del juego, pero los dirigidos por Pablo Bouza lograron controlar a un rival que cuando tuvo espacios no perdonó.
Fue así que Jaguares cerró el primer tiempo con un 12-3 a favor y en el inicio del complemento Juan Echeverría apoyó un try que el árbitro Guillermo Schneider invalidó en un fallo polémico, pero apuntalado en su decisión por el TMO. Esa jugada era clave porque si Peñarol sumaba, se ponía en partido nuevamente.
Pero a este nivel los errores se pagan caro y el mirasol los tuvo. Jaguares los aprovechó y con dos tries en apenas tres minutos los argentinos se empezaron a encaminar hacia la victoria con un parcial de 22-6.
Y ahí apareció el corazón y el juego de Peñarol Rugby para remontar y con dos tries quedar a dos puntos (22-20) de un rival que aprovechó otra vez y cuando el aurinegro se quedó con 14 por amarilla a Facundo Pomponio, no perdonó. Consiguió un try-penal a falta de 10’ y se encaminó definitivamente al triunfo.
Peñarol luchó, fue al frente y sumó, pero los minutos ya no alcanzaban para dar el batacazo y la Superliga Americana quedó en manos de Jaguares, que con un 36-28 levantó la copa de campeón invicto: ganó los 12 partidos que jugó para ser el mejor equipo del torneo, que tuvo la presencia de seis conjuntos.
La franquicia de Argentina fue letal en la ofensiva y cada vez que pudo, sumó puntos ante un Peñarol que tuvo un buen cierre de torneo y más allá de que a nadie le gusta perder una final, el carbonero demostró que el equipo uruguayo puede seguir sumando rugby de calidad. Fue un buen mensaje para el futuro.