"WE DON'T TALK ABOUT BRUNO"

En español o en inglés, es probable que alguna vez se haya encontrado cantando la emblemática canción de Frozen, uno de los grandes éxitos de Disney de los últimos años. “Let It Go” (o “Libre soy”), con ese intenso estribillo de notas altas, se le puede haber colado en el repertorio mental sin motivo aparente.

Si tiene niños en la casa, habrá estado expuesto a las ondas radioactivas de una película que ya va para sus nueve años (¡nueve años!), pero si no, hay grandes posibilidades de que igual haya sucumbido a los encantos del himno de Elsa. Si hasta la propia Academia de las Artes y las Ciencias lo hizo, y en 2014 le otorgó el premio Oscar a la mejor canción original.

Sin embargo, el reinado de “Let It Go”, compuesta por Kristen Anderson-Lopez y Robert Lopez e interpretada en su versión original por Idina Mendel, transita sus últimos días. Con ritmo latino y una pluralidad de voces, la que la vino a destronar es otro tema original de Disney, que está listo para que lo canten en cualquier hogar: “We Don’t Talk About Bruno”, de la película Encanto, se convirtió en un sorpresivo éxito mundial que arrasa con la audiencia.

La afirmación está lejos de ser exagerada. Ayer, la canción estaba octava en el Top Global de lo más escuchado en Spotify en todo el planeta, y cuarta en el listado de los temas más virales. Ese indicador acompaña los hitos logrados: es el tema de Disney más exitoso en Estados Unidos desde 1995, y la tercera canción del estudio en alcanzar el cuarto puesto (ahora bajó uno) del Hot 100 de Billboard, algo que solo habían logrado “Can You Feel the Love Tonight” de Elton John para El Rey León, y “Colors of the Wind” de Vanessa Williams para Pocahontas. La única composición del estudio que tuvo un rendimiento mejor y alcanzó, de hecho, el primer puesto, fue “A Whole New World” de Aladdín (o sea, “Un mundo ideal”); “Let It Go” había tenido que conformarse con el quinto lugar.

Como si fuera poco, todo el disco con la banda sonora de Encanto supo estar primero en el ranking de álbumes más vendidos en Billboard, y desplazó de ese sitial de privilegio al esperadísimo 30 de Adele. Y el tema también hace historia en Reino Unido, donde nunca una pieza original de Disney había liderado los listados comerciales.

Todo el mérito es de su compositor, Lin-Manuel Miranda, aunque TikTok ha hecho su aporte para contribuir a este fenómeno viral: en la red social, ya hay más de 360 mil videos generados con esta cortina, y el número sube.

Estrenada en cines uruguayos el 25 de noviembre de 2021, Encanto ha sido uno de los grandes éxitos de taquilla de Disney a nivel mundial en tiempos pandémicos: 33.1 millones de dólares solo en Estados Unidos, y más de 222 en el acumulado global. La película ya está para ver en la plataforma de streaming Disney+.

Colorida, dinámica y sensible como un buen clásico de los estudios de animación, Encanto se ambienta en Colombia y toma elementos del realismo mágico —su relación con Cien años de soledad de Gabriel García Márquez es innegable—, para contar la historia de la familia Madrigal, que ha sido bendecida con un “milagro”. Todos allí tienen un don, un superpoder, menos Mirabel, una adolescente que tendrá la misión de salvar la magia de sus seres queridos cuando esta empiece a flaquear.

“We Don’t Talk About Bruno” (en español, “No se habla de Bruno”) es una de las tantas canciones que suena a lo largo del film y el Bruno del título es un tío de la protagonista, que podía anticipar el futuro y desapareció tras tener una terrible visión. La letra encadena rumores e historias sobre su misteriosa y más bien oscura figura.

Pop latino hecho de fusión de ritmos tradicionales y con fuerte impronta cubana, el tema tiene la particularidad, ha explicado Lin-Manuel Miranda, de que todas las voces cantan la misma progresión de acordes, pero con rítmicas y cadencias bien distintas.

Ese recurso corta la linealidad y le aporta un factor sorpresa que juega su papel a la hora de encantar al mundo. Y después, sin saber bien por qué, usted se encontrará barriendo la casa o caminando por la calle y ensayando una versión personal de ese adictivo estribillo de “We don’t talk about Bruno, no, no, no!”. Tómelo como un aviso.