ESPECIAL | EL PAÍS
Nelson Barceló, Juan Campodónico, Danilo Astori, Ignacio Martínez, Kristel Latecki y más opinan del disco “Mediocampo”, de Jaime Roos, publicado en 1984
Si bien Mateo solo bien se lame de Eduardo Mateo se despegó en la encuesta de El País sobre los 50 mejores discos uruguayos de la historia, los elogios, las palabras de amor y los vínculos personales tuvieron que ver en su gran mayoría, con Mediocampo de Jaime Roos.
La mayoría de las personas a las que convocamos para este especial y a las que le pedimos una breve justificación del álbum que, entendían, era el más relevante de la escena local, escribieron de un mojón en la carrera de Jaime.
Quizás es por la cercanía con la que vivieron su edición, o por lo que significó su aparición, o por la uruguayez que abunda en sus canciones, lo cierto es que varios testimonios elogiaron una cantidad de aspectos de Mediocampo y vale la pena leerlos. A continuación, repasamos la opinión de periodistas, músicos y productores.
Nelson Barceló
Nueve canciones de un Jaime que juega y hace jugar a decenas de invitados como Eduardo Mateo, Laura Canoura, el Lobo Núñez, las Travesía, el “Canario” Luna, Jorge Galemire, Falta y Resto, Jorge Vallejo y Hugo Fattoruso que cierra el disco con la psicodelia deforme de su teclado espacial y por momentos gatuno en “Pirucho”.
Un álbum que compuso casi íntegramente en el exterior con eso de que de lejos se ve mejor, y si lo escuchás ahora suena al Montevideo de los ochenta con la vuelta a la democracia in the air. Tiene ese deja vu que sucede en la ciudad cuando se cuela el sonido del afilador como parte del paisaje urbano de otra época. Mediocampo es un viaje al pregón del diariero en “Durazno y Convención”, el grito de “Feni Feni” polenteando “Tal vez Cheché” y hasta la melodía inicial de “Los futuros murguistas”, inspirada en el canto de la quiniela. Ese tema inaugura el género murga canción en un disco donde hay new wave a todo Roland, salsa, candombe, fusión en modo Opa y citas tanto a Raymond Chandler como a tics de la uruguayez para describir a la “flaca diquera” o pedir “el kilo ‘e pan chico”. Todo parece pensado por un Jaime y todos los Jaime.
También es un punto de inflexión en su trayectoria, que toma una popularidad tal que no suena descolgada la autorreferencialidad (hasta menciona a su entorno de aquel momento en algunas canciones). Jaime sale con la 5 en su quinto disco y luce la de Fénix por un país que renace de sus cenizas ante la expectativa que generaba el modo democracia. Mediocampo tiene esperanza y entonces, claro.
Periodista y autor del libro “Rengos con Nike: conversaciones con Pedro Dalton y los Buenos Muchachos”.
Juan Campodónico
Es imposible elegir un favorito, no tiene sentido, pero sí puedo decir que Mediocampo es el disco uruguayo que más veces me he comprado, creo que unas cuatro veces. La primera edición en cassette la escuchaba en mi walkman y descubría la sensación del stereo en auriculares por la calle. Luego lo compré en vinilo cuando tuve una bandeja, luego en CD y por último fue la remasterización que se editó recientemente. Salió en el año en que volvía al Uruguay siendo adolescente, y para mi fue un mapa que me ayudó a entender códigos del país.
El sintetizador Roland Juno 6 que sonaba en todo el mundo en el hit ochentero “Take On Me”, del grupo sueco A-HA, también atravesaba Mediocampo de punta a punta, en los temas new wave pero también en los candombes. Era un disco muy a tono con lo que pasaba en el mundo y al mismo tiempo desbordaba de música popular uruguaya. Fue, viniendo desde el exilio de mi familia en México, la manera de acercarme al Uruguay.
Músico (Campo, Peyote Asesino, Bajofondo) y productor.
Danilo Astori Sueiro
No me fue fácil elegir el primero, porque estaba entre dos, pero la coincidencia es que ambos son de Jaime, o Mediocampo o Siempre son las cuatro, y según el momento de la vida que me agarre (y como me pasa con los discos de los Beatles) a veces es uno y otras veces es otro. Pero hoy es este, un disco del que recuerdo perfectamente el día en que se editó y mi padre trajo a casa de inmediato, esa misma tarde/noche. Cuando arrancó “Durazno y Convención”, el tema que abre el álbum, sonando en aquella hermosa bandeja Dual de madera, toda mi manera de escuchar música cambió por completo.
Allí estaban todos los estilos musicales fusionados de una manera mágica, candombe, murga y rock and roll, algunos arreglos muy modernos influenciados por The Police (“Luces en el Calabró” y “Una vez más”), más la gran influencia de los Beatles amalgamando todo el álbum, y todo tocado por los mejores músicos del país alineados entre sí en un momento sublime. El propio Jaime, Galemire, Etchenique, Recagno, Magnone, el “Boca” Ferreira, Beledo, Laura Canoura, Estela Magnone, la Falta (perdón si me olvido de alguien) y hasta el mismísimo Hugo Fattoruso que llega a su clímax en “Pirucho”, que quizá sea el viaje más psicodélico que podemos encontrar en la historia de la música uruguaya, aparte de que Mateo hace lo suyo en “Victoria Abaracón”. Nadie me pidió que elija una canción del álbum pero ya que estamos… hoy voy a escuchar “Nunca fuiste al cine” a todo volumen.
Director de La Trastienda y de la productora Gaucho.
Ignacio Martínez
Buena parte de las raíces de la música uruguaya dieron vida a este árbol sonoro que en sus frutos tiene lo más exquisito de la canción auténticamente vernácula. En algunos temas esas raíces se hacen más explícitas, en otros menos, pero en definitiva es el estilo Jaime Roos que aquí llega a su cenit y por tanto termina de definir nuestra música, con un obvio olor a Montevideo. Por si todo esto fuera poco, "Una vez más" es la mejor canción del rock uruguayo, en el sentido completo y verdadero de lo que significan esas dos palabras juntas. Se puede pensar que la estética new wave de la canción no tiene nada de uruguaya, pero nunca hay que olvidar que la voz es otro instrumento, y no hay nadie que cante más en uruguayo que Jaime Roos. Entonces, claro…
Periodista y autor de los libros “Sin miedo en la oscuridad” (biografía de La Trampa) y “Otra Navidad en las trincheras” (sobre disco de Cuarteto de Nos)
Tabaré Couto
Jaime Roos amalgama en Mediocampo todas sus influencias en un viaje lleno de matices e infinitas posibilidades de escuchas. Las nueve canciones conforman una obra compacta a la vez que diversa, un viaje sonoro que certifica una voz única e indefectiblemente uruguaya. Todo el talento de Roos brilla en composiciones de arraigo popular al mismo tiempo que introduce en supuestos ritmos tradicionales, experimentos sonoros vanguardistas. Los Beatles se dan la mano con un candombe ácido, oscuro y casi punk; imágenes surrealistas chocan con la realidad de una murga acelerada que, desde el subconsciente de la tonalidad de los niños cantores de la lotería, genera el crossover e impacta en el inconsciente colectivo sonoro del corazón de lo mejor de nuestra uruguayez. Sentido popular, melodías para hits instantáneos y vanguardia. Poesía urbana, callejera, barroca o simple. Una obra maestra.
Periodista y autor del libro “La era del casete”, entre otros
Kristel Latecki
Si hay un artista que marcó los últimos 50 años de la música uruguaya, es Jaime Roos. Cada uno de sus discos tiene canciones que se transformaron en verdaderos hitos culturales, pero sí hay que elegir uno, ese es Mediocampo. Este es un álbum popular y pop, que mapea (y en parte crea) la idiosincrasia musical uruguaya en sus diferentes perfiles: el candombe beat, la murga, y la influencia del rock internacional; a veces por separado, otras fusionándose entre sí, creando un nuevo rostro.
Periodista y autora del libro “Nos íbamos a comer el mundo”.
Jorge Costigliolo
Un Jaime Roos inspiradisimo, echando mano a todos los géneros que había mamado, con un dream team de músicos (Hugo Fattoruso, Eduardo Mateo, Laura Canoura, Travesía, Falta y Resto, Jorge Galemire... ¡la puta madre!). Si Roos venía trabajando una carrera sólida y original, acá sacó patente de clásico.
Periodista.
Miguel Olivencia
Mediocampo es indudablemente el mejor disco de Jaime Roos, uno de los artistas fundamentales de la música uruguaya: es un disco que marca el comienzo de una nueva época. Jaime confirma y realza su paternidad sobre la marcha camión y suma definitivamente el rock and roll a la música popular. Aparte de grabar el disco con su banda de acompañamiento más importante, Repique, suma al disco a grandes de la música uruguaya como Eduardo Mateo, Jorge Vallejo, Estela Magnone, Laura Canoura, Flavia Ripa, Mariana Ingold, Pitufo Lombardo y a Hugo Fattoruso en los teclados.
Fundador y responsable de los Premios Graffiti.
Santiago Marrero
En mi selección hay discos que sonaron en mi casa, que son parte del paisaje sonoro de mi infancia, y también discos que marcaron muchísimo mi sensibilidad musical y mi relación con la música. Mediocampo es un disco que descubrí de adulto y que viéndolo en retrospectiva me parece absolutamente contemporáneo a su época, a lo que estaba pasando en la música de origen anglosajón, pero con una configuración y reinterpretación muy local.
Músico (Cuarteto de Nos) y productor
Diego Zas
El concepto de dos calles, dos géneros y los sonidos callejeros en “Durazno y Convención”, el tuco power de “Tal vez Cheché”. Lo mejor de Jaime en candombe (“Pirucho”, candombe lisérgico), murga (“Los futuros murguistas”: piano, batería y coro más una pintura de una noche de ensayo como nadie escribió) y rocanrol (“Una vez más”, “Luces en el calabró”).
Periodista y co-conductor de “Es fácil desviarse” (Del Sol) y “EPA” (TNU)