ESPECIAL | EL PAÍS

Las últimas semanas nos encontraron dándole vueltas a esta selección de los 50 mejores discos uruguayos de la historia, que finalmente terminó en un ranking de resultados predecibles y algunos sorpresivos. Un cómodo primer lugar para Mateo solo bien se lame, la presencia contundente de Jaime Roos o la aparición de las piezas claves del candombe beat, se encontraron con los Buenos Muchachos como unos “infiltrados” que treparon alto.

Al margen de la lista, toda esta votación que implicó 120 personas (en total, fueron contactadas más de 150) y 217 álbumes de 113 proyectos artísticos, permite sacar algunas conclusiones generales de la música uruguaya.

Lo más evidente es la confirmación de la relevancia de Jaime Roos, Ruben Rada y Eduardo Mateo en el cancionero nacional. Una mirada fría revela que Jaime, que este año cumple medio siglo de carrera, es el artista con más presencia en la lista. Siete de sus discos se metieron entre los mejores 50 pero también fueron votados otros cuatro de sus discos solistas más uno a dúo, Mujer de sal junto a un hombre vuelto carbón, con Estela Magnone.

Sin embargo, es Rada quien tiene más peso. Aunque solo uno de sus álbumes solistas ingresó al top 50 (Montevideo) y otros nueve fueron mencionados, Rada tuvo un peso fundamental en muchos de los álbumes de bandas que aparecen en las primeras posiciones. Está en Circa 1968 de El Kinto, Magic Time de Opa, Tótem y Descarga de Tótem e incluso en el disco colectivo Musicasión 4 y ½: en todos es la voz principal y responsable de una buena parte de los arreglos.

El caso de Mateo es similar: su presencia se traduce en tres discos solistas y dos a dúo en el ranking de los 50 (y otro más mencionado en el total), pero a eso hay que sumarle la injerencia que tuvo en el Circa 1968 y Musicasión 4 y ½. Otros que aparecieron muchas veces en los más de 200 títulos mencionados fueron, con ocho álbumes cada uno, Alfredo Zitarrosa y Fernando Cabrera.

Los setenta pueden considerarse la década más representativa de la música uruguaya —basándonos en esta selección, claro—. Los 120 participantes seleccionaron 16 álbumes de ese período, de géneros bien variados. El folclore está presente de la mano de Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti y Los Olimareños; hay espacio para la sofisticación del candombe-beat con Opa, Totem y Eduardo Mateo a la cabeza; y se añade el último aliento del rock previo a la dictadura, con los clásicos discos debut de Días de Blues y Psiglo.

En esa misma década resaltan dos años que aportaron un total de seis discos a la lista. 1972 representó la publicación de Mateo solo bien se lame, Descarga y Días de Blues, y 1977 la de Guitarra negra, Candombe del 31 y Magic Time. Ese año también se publicó la histórica recopilación Circa 1968, formada por una serie de grabaciones de El Kinto que habían sido registradas entre 1967 y 1969.

Los más antiguos datan de la segunda mitad de los sesenta: Canta Zitarrosa y Los Mockers, ambos de 1966. Al moverse a los ochenta, se encuentran 14 discos y, a partir de ese momento, la presencia de títulos por década comienza a descender. En los noventa hay nueve, en los 2000, seis, y en la década de 2010 solo aparece uno: Diciembra, de la banda 3Pecados (2011). Este disco, que es el único de la lista editado de forma independiente, se terminó transformando en un referente para bandas nuevas que graban por sus propios medios.

Respecto a la lista completa de los 217 discos recibidos por El País para esta encuesta, allí se presenta una paleta bastante amplia de la historia de la música uruguaya. El más antiguo es Candombe, una recopilación de las canciones de Romeo Gavioli publicada en 1956. La selección total aborda géneros como tango, folclore, rock, candombe-beat, música tropical, reggae, murga y hip-hop, y llega hasta marzo de 2020, con la elección de Basta de música, el flamante disco de Martín Buscaglia.

Por otra parte, la lista definitiva de 50 discos recopilada por El País presenta a 31 proyectos musicales. Quince representan a músicos solistas, otros 15 representan a bandas y el restante es un compilado (Musicasión 4 y ½). Del total, solo 13 mantienen sus carreras activas; eso incluye a Jaime Roos (que este año volverá a los escenarios), Los Traidores, Los Olimareños y Peyote Asesino, los tres con una actividad intermitente o esporádica en los últimos años. Nunca se sabe bien si volverán o no.

El otro dato que salta a la vista de la lista de estos 50 mejores discos uruguayos es que ninguno es de artistas mujeres. Se podrá esgrimir el argumento de que esa falta se debe a la historia misma, pero hay que pensar por qué la historia no tuvo, a criterio de la mayoría de los participantes, mujeres de relevancia suficiente en el ámbito musical.

En ese ranking, los únicos álbumes que cuentan con presencia oficial de mujeres son Amanecer búho de Buenos Muchachos, que por entonces tenía a Laura Gutman de baterista, y Musicasión 4 y ½, compilado del que son parte Diane Denoir y Verónica Indart. Un caso particular es el de No Te Va Gustar: la saxofonista Pamela Retamoza dejó el grupo antes de la grabación de Este fuerte viento que sopla, y está en los créditos pero como invitada, ya que se utilizó un solo suyo en “No hay dolor”.

Además de Este fuerte..., otros 19 discos del top 50 cuentan con la participación de invitadas mujeres. Destacan en particular Mariana Ingold y Estela Magnone, en solitario o como parte del grupo Travesía; una u otra le aportaron voces, en algunos casos bien protagónicas, a discos de Jaime, Cabrera, Mateo, Jorge Galemire o Leo Maslíah.

Para esta encuesta fueron mencionados, en total, discos de 116 artistas, y sólo 16 de esos discos son de mujeres: allí figuran Las Tres, Amalia de la Vega, Elsa Morán, Vera Sienra, Mariela Acevedo, Laura Canoura, Samantha Navarro, Eli-u Pena, Sara Sabah, Malena Muyala, Luciana Mocchi y Mena, fallecida el año pasado. También están Magnone e Ingold, con discos solistas y con sus trabajos con Jaime y Osvaldo Fattoruso, respectivamente. Y Berta Pereira está con su dúo con Pollo Píriz, y Cristina Fernández junto a Washington Carrasco.

De los votantes, solo seis hombres incluyeron discos de artistas mujeres entre sus cinco discos más relevantes.