Crónica de "Piel de Judas" en Uruguay: Susana Giménez brilla en una comedia a su medida

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Susana Giménez y Antonio Grimau en el preestreno de "Piel de Judas" en Punta del Este. Foto: Ricardo Figueredo

CRÓNICA

Se realizó el preestreno de "Piel de Judas", la obra que encabeza la diva argentina y que desde este viernes tendrá funciones en Enjoy Punta del Este.

Susana Giménez y Antonio Grimau en el preestreno de "Piel de Judas" en Punta del Este. Foto: Ricardo Figueredo

Una locución informa que está prohibido tomar fotos y grabar videos, y hasta que no deje de brillar la última pantalla de celular, la obra no comenzará. El aviso es casi como una invitación que dice: aquí se está para reír, para pasarla bien, y no (tanto) para el registro. Porque eso, de la mano de Susana Giménez, fue lo que ofreció este jueves Piel de Judas, en un preestreno exclusivo para socios del Club El País.

El ambiente fue propicio desde el comienzo. En el hall, entre las copas de vino y el desempeño de Lorna, una histórica fan de la conductora argentina, como movilera para un programa de televisión de la vecina orilla, el disfrute ya se hacía sentir. Ahí estaba Gustavo Yankelevich, el productor de la obra, en plan anfitrión y con el nervio de una función muy particular: el regreso de Giménez al teatro, la primera actuación en vivo en Uruguay, el primer testeo de la comedia en esta nueva temporada.

Después, cuando todos los celulares fueron imperceptibles y pasaron apenas unos minutos de las 21.00, Antonio Grimau salió a escena como Alexis Bruker, un prestigioso violinista que quiere tranquilidad para su riguroso ensayo. El aplauso que ofreció el público ante su entrada moderada fue una muestra ínfima de lo que estaba por venir: cuando la figura de Susana Giménez apareció al medio del escenario y se detuvo en una de las arcadas de la escenografía, la ovación fue cerrada y sostenida.

La actriz la recibió con sonrisa amplia, algunos besos pequeños que lanzó al aire y el cuerpo recortado en un marco que la hacía ver espléndida. Y entonces la acción se retomó y Piel de Judas comenzó, con Giménez en una versión inmejorable, enfundada en un pantalón rosado Barbie y una blusa estampada que le daba, a la actriz, una energía de primavera y plenitud.

Y entonces se empezó a contar esta comedia francesa, que la diva ya hizo en Buenos Aires en 2015, en la última temporada que estuvo sobre las tablas y que duró siete meses. Es la historia de los Bruker, una pareja de clase alta y perfil alto, en la que él es el famoso y ella, según el propio personaje, no es nadie. Eso le dice a Nicole, la periodista que acá encarna Julieta Nair Calvo y que aparecerá para romper la rutina.

Nicole se convertirá en una huésped inesperada y en punta de un singular triángulo amoroso. Para completar el cuadro están Casenave, un veterinario al que pone el cuerpo David Masajnik; y un matrimonio muy extravagante y muy pudiente, el que componen los actores uruguayos Patricia Álvarez y Sebastián Slepovich. También hay un perro, Nerón, que no aparece pero hace su aporte.

Piel de Judas relata las consecuencias que la aparición de la periodista Nicole tendrá en los Bruker, pero sobre todo se centra en Marion, que es la versión más agresiva y más feroz de Susana Giménez. Es una mujer ácida y frontal, tildada tanto de "perversa" como de "camionera". La discusión, a lo largo de la puesta, será la de si Marion es una mujer extraordinaria o "una flor de hija de puta". Se lo enuncia así y no hay cómo suavizarlo.

Porque cuando más risas arranca la obra es cuando Giménez se despacha con un lenguaje insolente, chabacano; cuando se llena la boca con cada letra de insultos e improperios que aparecen en momentos precisos y logran justo el efecto buscado. Eso escala hasta que algunas cuestiones de la trama la llevan a replantearse la vida, querer mejorar su carácter y entonces, porque alguien se lo aconsejó así, Marion decide operarse de la vesícula. Al parecer, ahí anda la clave de varios problemas.

La personalidad dulce, suave y de voz impostada que despliega a partir de ese quiebre es hilarante, y el tipo de cosa que confirma que aunque haya hecho la mayoría de su carrera detrás del título de conductora, Susana Giménez es una actriz de comedia excelente.

Y es, además, una figura cautivante y generosa. En esta obra de sillones, que concentra la mayoría de su acción sobre un living de corte francés, es casi imposible quitar la mirada de Susana, la forma en la que se sienta, cómo se para, cómo pisa el escenario y cómo gesticula. Todo está dispuesto en función suya, porque en ella se sostiene Piel de Judas. Sin embargo, esa suerte de omnipresencia no anula el brillo de los demás.

Susana Giménez en el preestreno de "Piel de Judas" en Punta del Este. Foto: Ricardo Figueredo
Giménez es Marion Bruker, una mujer con mucho carácter. Foto: Ricardo Figueredo

Grimau y Masajnik, que reinciden en sus personajes, son más una reafirmación que una sorpresa. Nair Calvo está justa en lo que Nicole le demanda, y los maldonadenses del plantel arrancan unas cuantas risas, con la exageración y el colorido que aportan a la escena. Todo funciona como tiene que funcionar y el largo aplauso del final, y otra vez la ovación cerrada, son el agradecimiento a una hora y media de disfrute.

Ahí sí, para cuando la diva salga a dar su último saludo, sin hablar pero sin dejar de sonreír, los celulares registrarán un momento único y la temporada de Piel de Judas quedará ahí, lista para ser estrenada. Empieza este viernes en el Enjoy (los socios del Club El País tendrán beneficio de 2x1) y Susana está lista para demostrar, en cada noche, que no hay lugar en el mundo que sea más suyo que un escenario.

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