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Sus libretas en cuero y ecoprint conquistaron un público que no imaginaba. Eso llevó a Nazareth González a crear Jacarandá Encuadernación Artesanal, un emprendimiento que no deja de crecer.
Bitácora: Cuaderno en el que se anotan las incidencias ocurridas durante la navegación. Nazareth González (30 años) no navega, pero las bitácoras llegaron a su vida por su pasión por escribir.
“Desde niña tuve la conexión con la escritura, entonces siempre amé las libretas, tenía adoración por ellas. Llegó un momento en que quería escribir, pero necesitaba algo más cargado de magia donde hacerlo y no encontraba”, recuerda.
Empezó a buscar tutoriales en internet que la ayudaran a crear esas libretas que no existían. Libretas de papel que se fueron transformando con el tiempo y terminaron incorporando las telas.
“Fue así que encontré las bitácoras, que están inspiradas en las bitácoras de viaje de la época medieval, las que usaban en los barcos para registrar todo. Fue una conexión total”, cuenta.
Por ese entonces estudiaba en Bellas Artes. Había comenzado la carrera de Artes Plásticas y Visuales con la fotografía como objetivo, pero fue cambiando. Primero tomó el rumbo del dibujo y la pintura hasta que surgieron las libretas y “todo lo demás desapareció”, dice.
Las primeras libretas las hizo para uso personal. En la financiera en la que trabajaba comenzaron a preguntarle por qué no las vendía. Eso la motivó a confeccionar más y empezar a vendérselas a amigos, conocidos, familiares. “Me las pedían”, apunta sobre esos encargues que fueron creciendo tanto que el tiempo ya no le alcanzaba para cumplir con los pedidos. Entonces decidió dejar su trabajo y dedicarse por entero a esta nueva labor como artesana.
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Eso ocurrió en 2016, año que toma como nacimiento de Jacarandá Encuadernación Artesanal, un emprendimiento personal que la tiene sorprendida por su crecimiento y por la respuesta que recibe de la gente.
“En cada bitácora que hago pongo parte de mí, lo siento y creo que lo siente también la gente porque cuando las ven, ven algo mágico en ellas. Es lo que me dicen los clientes”, apunta.
Jacarandá Encuadernación Artesanal
“Creamos cuadernos con alma, que inspiren a ser escritos, dibujados por aquellos que los eligen”. Así presenta Nazareth González su emprendimiento.
Cuadernos.
“Cada bitácora es única, no trabajo en serie. Tienen la particularidad de que si alguien quiere algo repetido probablemente no lo pueda encontrar porque siempre voy cambiando”, explica Nazareth a El País sobre sus realizaciones.
Las cubiertas son de cuero, que fue lo más parecido que encontró para hacerlas como en la época medieval. Para el interior puede usar papel o tela. Dentro del primero se maneja con papel reciclado industrial, pero también ha recurrido al papel hecho a mano para determinados encargos. “Utilizo pulpa de papel que ya se usó y que reciclo”, detalla sobre el proceso.
En lo que refiere a la tela, apela a la que está compuesta por 100% algodón y la trabaja con tintes naturales, con la técnica del ecoprint que aprendió con las diseñadoras del emprendimiento textil Donya Dominga.
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“Antes usaba telas compradas, con diseño, pero quería poner más de mí en la tela. Empecé a investigar y así pude incluir mi otro amor, por las plantas, por la naturaleza. Entonces comencé a teñir las telas con plantas, árboles, flores… Aparte de ser más sustentable, cada libreta es única porque en los tintes naturales cada impresión queda distinta”, destaca la artesana.
El ecoprint le demanda investigar un poco más “porque no todas las plantas tienen la capacidad tintórea”, acota.
Dice apelar a plantas “bastante comunes”, como roble, eucalipto, grevillea, marcela, anacahuita… “cosas que tenemos al alcance de la mano, después es ir probando”, apunta.
El proceso de investigación es algo que nunca abandona y que le permite ir sumando cosas nuevas. “Este año, por ejemplo, estoy incorporando otro tipo de papel, un papel hecho con caña de azúcar, que también es natural”, cuenta la artesana.
Trabaja en su casa y se presenta en ferias
Hace un año que Nazareth se mudó a Bello Horizonte (Canelones) con su pareja. Allí, dentro de su casa, tiene el taller en el que realiza sus bitácoras y las vende. Por lo general comercializa sus productos a través de sus redes sociales (Instagram y Facebook). También se ha presentado en ferias, como Ideas+, en la que ya lleva tres ediciones exponiendo sus artículos. “Es un ambiente súper lindo, se disfruta mucho todo lo que se genera, todos los emprendimientos que hay. Ves un montón de cosas hermosas y no sabés con qué quedarte”, destaca de la famosa feria que cada diciembre se instala en el Parque Rodó. Allí disfruta también del contacto con los clientes, que le comentan anécdotas vinculadas a sus bitácoras y que siempre vuelven buscando un regalo para hacerle a alguna persona en especial.
Clientes.
Si se lo piden hace trabajos por encargo, como álbumes de fotos, alguna libreta de una determinada medida o con determinada cantidad de hojas o bitácoras de hojas con renglones. Nazareth es flexible en ese sentido porque ha ido comprobando que su trabajo despierta reacciones que no imaginaba.
“Me sorprende el interés de la gente, el impacto que mi trabajo tiene en las personas. Recibo mensajes que dicen ‘ay, abrí el paquete y fue una sorpresa que no me esperaba’ o ‘las bitácoras son tan divinas que no sé qué escribir en ellas, pero se la voy a regalar a fulanito’”, comenta.
Le ha pasado también de ir a lugares en los que le cuentan que amigos o familiares tienen una libreta de Jacarandá.
Sus compradores son mayormente mujeres, pero también tiene muchos clientes hombres.
“Es gente con un perfil más intelectual o a la que le gusta el dibujo porque las bitácoras son en papel liso, sin renglones; entonces tienen libertad para escribir, dibujar, hacer bocetos. Les gustan a los artistas, a los escritores… más que nada a la gente que tiene conexión con la escritura”, relata sobre su público.
Esa conexión que Nazareth no ha perdido porque sigue escribiendo, aunque las bitácoras le han quitado un poco de tiempo para poder hacerlo como antes. “Es algo que tengo pendiente. Actualmente no tengo nada armado como para publicar, pero me encanta la escritura y siempre digo que en algún momento voy a escribir un libro”, confiesa sobre ese sueño que sigue ahí y que seguramente un día comience a tomar forma en las hojas de alguna de sus tantas bitácoras.
Variedad de bitácoras y trabajos por encargo
Hay bitácoras de distintos tamaños y técnicas. La cubierta es de cuero, pero el interior puede variar entre papel o tela e incorporar la técnica del ecoprint que las hace únicas porque no hay dos teñidos iguales. La libreta más chica mide 11 por 8 centímetros (ideal para la cartera), mientras que la más grande tiene las dimensiones de las hojas A4.
De acuerdo a eso es su precio, que puede ir de los $ 250 a los $ 1.100. Nazareth realiza trabajos por encargo, como por ejemplo álbumes de fotos o libretas con determinadas características elegidas por el cliente. A veces realiza ediciones especiales de otros productos, como fue el caso de los estuches para herramientas. “Nacieron porque mi pareja es baterista y quería un estuche para poner los palos de la batería. Se lo hice y cuando la gente lo vio me empezó a preguntar si tenía en stock. Entonces hice unos más pequeños que sirven para herramientas”, cuenta la artesana.