TURISMO
En Soriano, una chacra sojera se transformó en una casa de campo que ofrece a visitantes desde monte natural hasta una pulpería presentada al viejo estilo.
"Esto es como nuestra casa, es nuestro proyecto de vida. En la segunda parte de la vida estamos haciendo lo que tenemos ganas de hacer”, dice Elisa Acosta, dueña de Casa Abierta junto con su pareja, Lázaro Cóccaro.
Casa Abierta es una posada de campo que la pareja armó hace dos años a partir de un predio de 12 hectáreas de origen agrícola, dedicado al cultivo de soja y colza, dos producciones características del departamento de Soriano. Están a siete kilómetros de la ciudad de Dolores, sobre la Ruta 96 que va a Cañada del Nieto.
“Lo compramos, paramos la producción y empezamos un proyecto de recuperación de ambiente con plantación de flora nativa. O sea que partimos de una chacra sojera a desandar el camino para que esto vuelva a ser, en algún momento, un monte natural”, explica Elisa y agrega que el lugar era la casa de campo que tenía con su anterior marido.
Llegaron a tener ganado, pero casi enseguida resolvieron meterse de lleno en el nuevo proyecto aprovechando que tanto Elisa como Lázaro tenían experiencia en las áreas de naturaleza y turismo.
“Mi compañero tuvo vivero muchos años y siempre estuvo dedicado al tema de la flora nativa y de las maderas. Por mi parte, mi formación de origen es el turismo, que dejé por temas de familia y niños”, cuenta esta madre de cuatro hijos de entre 8 y 15 años de edad.
Casa Abierta se apoya en tres ejes: turismo, cultura y naturaleza. Dentro del primero funciona la posada, un establecimiento pensado como un lugar de reconexión para familias, viajeros o algún escritor en pleno proceso creativo.
“Lo que nosotros hacemos no es tener huéspedes, sino tener invitados que se quedan en una casa al lado de la nuestra. Lo que buscamos es que cuando vos recales en Uruguay, este sea tu lugar, tu casa de campo”, explica Elisa y aclara que la idea no es realizar tareas camperas, a lo sumo algunas cabalgatas con los responsables de una escuela de equitación.
“Tenemos un arboretum que está en crecimiento y hacemos reconocimiento de flora nativa. Estamos muy cerquita, a una distancia caminando, de la costa del río San Salvador. Entonces organizamos caminatas a esa franja de río donde hay monte rivereño y senderos naturales”, detalla.
Destaca que contar con un sitio así en Soriano, departamento agrícola por excelencia, es un tanto extraño.
También funcionan conectando turistas con otras partes del país a través de la agencia Destinos Uruguay.
“Por ejemplo, la gente llega a Colonia y hace su circuito por el día. Nosotros hacemos que venga a nuestra pulpería y luego la llevamos a hacer turismo industrial a la Calera Real, al Anglo en Fray Bentos y a quedarse en Las Cañas. Somos el centro, pero a la vez distribuimos con otras propuestas”, señala a El País.
Actualmente la posada cuenta con seis lugares, pero el proyecto está pensado para tener un máximo de 20.
Propuesta cultural.
“Para nosotros fue una oportunidad inmensa el tema de la pandemia”, dice Elisa al recordar el nacimiento de El Parral, una ambientación de época que realizaron de un viejo almacén de campaña, más concretamente de una pulpería, para albergar propuestas culturales en un año signado por la invitación a quedarse en casa para evitar contagios.
Empezaron por “una tarea de rescate a nivel comunidad” que significó pedir la donación de objetos que tuvieran que ver con los viejos boliches de campaña o las casas viejas, además de salir a comprar los elementos que hicieran falta.
También recolectaron fotografías antiguas entre la gente de la ciudad. “Como Dolores tiene puerto, hay muchas fotos del puerto en sus orígenes, de cómo se acarreaba el trigo. Quisimos contar la historia del lugar”, apunta Elisa.
Con todo eso montaron la pulpería con el objetivo de que fuera un lugar vivo, no un museo. Se pensó para que funcionara como una pequeña sala de teatro o de música y un mini restaurante. Y en eso están desde hace un año, bajo estrictas medidas de protocolo sanitario.
“Al estar retirado de la ciudad y tener 12 hectáreas, muchas cosas pasan fuera de ambientes cerrados, sea bajo un alero o en el verano armamos a campo. O sea que no hemos tenido demasiada dificultad con el tema de la pandemia, pero sí tuvimos que adaptarnos”, destaca Elisa.
Agrega que la situación sanitaria también les permitió contar con propuestas culturales y de calidad que en otro momento quizás hubieran estado todas centradas en Montevideo o de gira por otros lugares.
El tango es el punto fuerte de El Parral, pero también está abierto a otros estilos musicales. Se procura que siga la línea del folklore y que sea música de origen uruguayo.
“Se apunta a rescatar a las principales figuras que tiene Uruguay a nivel cultural”, señala Elisa y menciona como ejemplo el homenaje fotográfico y musical que se hizo a Alfredo Zitarrosa en marzo al cumplirse años de su nacimiento. Los siguientes podrían ser Julio Sosa o Juana de Ibarbourou.
Destaca además que en El Parral funciona una milonga. Un sábado al mes, se hace una clase demostrativa de tango con una pareja de profesores y se cierra con una milonga en la cual participan los conocedores, pero también gente que nunca bailó tango, niños que quieren aprender y los abuelos que bailaron toda la vida.
Rescate de la naturaleza.
“Nuestro proyecto es único en Uruguay”, destaca Elisa del refugio de vida silvestre con el que cuentan.
“La propuesta de partir de una chacra sojera para volver a un monte nativo no existe, no hay una experiencia de ese tipo privada. Eso tiene un potencial para el público que hace turismo de naturaleza a nivel internacional”, agrega.
Porque si bien está claro que las fronteras cerradas los hicieron trabajar con el público uruguayo y los extranjeros que viven en Uruguay, su objetivo de futuro es atraer al turista que viene de fuera de fronteras.
“El tema es ir construyendo en esa línea. Sabemos a lo que apuntamos, pero mientras tanto tenemos que hacer algo para que esto funcione”, señala Elisa convencida de que todo llegará a su debido tiempo.
La Cumparsita y mujeres en música y tango
Para conmemorar el aniversario del tango La Cumparsita (19 de abril), El Parral contará el sábado 15 de mayo con la muestra que realizó AGADU cuando se cumplieron los cien años (2015). La presentará Estela Magnone, que fue la curadora. Magnone también inaugurará un ciclo de mujeres en la música, que se suma a otro ciclo de mujeres en el tango inaugurado el 13 de marzo con Silvia Randall. A ella seguirá Valeria Lima el 15 de mayo.