El aumento de las consultas por trastorno límite de personalidad preocupa a terapeutas

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Trastorno Límite de Personalidad

SALUD

Llegar al diagnóstico correcto es clave para no desembocar en situaciones de violencia, adicciones y hasta intentos de suicidio. La psicoterapia enfocada en la transferencia es una opción.

"El diagnóstico de Trastorno Límite de Personalidad (TLP) es el más estigmatizado y menos conocido dentro del diagnóstico de salud mental”. La afirmación corresponde a Nicolás Labbé, integrante del Departamento de Investigación de TFP Uruguay (Psicoterapia Focalizada en la Transferencia), un grupo de psiquiatras, psicólogos y psicoanalistas especializados en este trastorno. A esto hay que agregar que se trata de un trastorno que está apareciendo cada vez más en emergencias y urgencias en hospitales públicos y privados. En general lo hace en pacientes sobremedicados o con cambios frecuentes de medicación que no logran mejoría puesto que requieren tratamientos específicos.

La psicóloga Mónica Eidlin, integrante de TFP Uruguay, explicó que para definir lo que es el TLP debemos comenzar por saber lo que es una personalidad normal.

“Tiene que ver con una sensación de uno mismo más integrada, coherente. También se manifiesta en la forma cómo se ve al otro, el concepto que se pueda tener de ese otro. Tiene que ver con la capacidad de mantener relaciones más maduras y de poder ponerse en el lugar del otro”, señaló la profesional en dialogo con El País.

En contrapartida, las personas con TLP no suelen saber hacia dónde dirigir su vida, están confusas, perdidas. “Eso lleva frecuentemente a un sentimiento de vacío, que es una de las características que más observamos en los pacientes y que muchas veces conduce a intentos de suicidio, suicidios consumados o al consumo de drogas”, detalló.

Eidlin agregó que en estos pacientes todas las emociones se viven de manera muy intensa y sin que exista capacidad para los matices. “Si quieren a alguien, lo quieren al extremo, y si lo odian, lo odian al extremo también y eso puede cambiar de un momento a otro. Eso inunda su psiquismo de manera que no pueden pensar adecuadamente sobre lo que está pasando, no pueden valorar correctamente la situación ni a las personas, entonces ven el mundo en blanco y negro”, apuntó.

Eso se manifiesta en conductas antisociales, que pueden ser pasivas, como por ejemplo la tendencia a la mentira crónica, la manipulación o la irresponsabilidad en el manejo del dinero; o que pueden ser activas, como ataques a las personas o conductas violentas.

La especialista indicó que lo primero que hay que hacer es un correcto diagnóstico, compartirlo con el paciente y mostrarle que el TLP no lo inhabilita en la vida.

“El paciente es capaz de lograr cosas en su vida porque tiene una parte sana, más conectada a la vida que, al predominar el trastorno, prácticamente no tiene cabida”, indicó.

Se confunde mucho con el trastorno bipolar

Se suele confundir el Trastorno Límite de Personalidad (TLP) con el Trastorno Bipolar y son cosas distintas. La doctora Eidlin explicó que muchas veces el primero puede tener rasgos del segundo, pero lo que está escondiendo en realidad es un TLP.

“Lo que vemos en los trastornos bipolares es que, más allá de estos episodios depresivos, la persona logra mantener una estabilidad por ciertos períodos de su vida. En el TLP eso no pasa, es una montaña rusa de emociones permanente y en los casos más graves es peor”, aclaró.

Dentro del TLPel que se presenta en mayor porcentaje es el Trastorno Narcicista de la Personalidad (TNP), donde lo que se ve es un patrón de grandiosidad de la persona, un exagerado sentido de importancia.

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Correcto diagnóstico.

En general el paciente acude a la consulta ya sea por iniciativa propia o porque la familia lo obliga a concurrir porque ha tenido tantos problemas con él que ya no sabe cómo tratarlo. También puede llegar porque ya está internado, tuvo intentos de autoeliminación o se hizo cortes en brazos o piernas, o porque tuvo reacciones violentas contra su familia. Y hay casos que llegan derivados por el psiquiatra.

“Lo importante es tener un buen diagnóstico ya que muchas veces vienen pacientes mal diagnosticados. Por ejemplo, les dicen que tienen una depresión mayor y ves que no responden a los tratamientos. Lo que uno realmente puede encontrar es que esa depresión corresponde más a un trastorno de personalidad, o sea que la medicación que debe recibir es otra”, señaló Eidlin.

La especialista añadió que muchos creen que las conductas agresivas son el trastorno en sí mismo y no es así; en realidad, son la manifestación de que la persona no tiene en claro quién es.

Muchas veces esa sensación de vacío o de ansiedad que manifiesta, como no la puede controlar, buscan calmarlas de una manera rápida a través de las drogas o del alcohol.

Eidlin destacó que al paciente hay que informarle el diagnóstico porque la persona quiere saber lo que tiene. “Nosotros se lo comunicamos con un lenguaje compartible, simple. La idea es ir acompañándolo e ir mostrándole en qué áreas tiene dificultades”, explicó.

La interrogante lógica que surge en todos los casos es si el TLP se cura. A lo que la especialista respondió que hay pacientes que adhieren al tratamiento y pueden llegar a tener una vida mucho más estable. “Hemos visto casos en los que el trastorno desaparece, que frente a determinadas situaciones extremas generan herramientas internas que les permiten controlar estos efectos. Se sienten más preparados para entender y para reflexionar sobre lo que les pasa”, detalló Eidlin.

Por otro lado, dijo que hay otros pacientes que pueden oscilar un poco más sus conductas, pero sin llegar al extremo. Y finalmente hay otros que se mantienen con el trastorno a lo largo de toda la vida.

Por todo esto hay que analizar el grado de gravedad, cosa que se debe estudiar en el diagnóstico.

“Yo siempre sigo que los diagnósticos son escritos con lápiz porque uno está con un paciente, lo ve y tal vez a lo largo de los primeros meses de tratamiento se da cuenta de que lo que tiene es mucho más grave de lo que vio en un principio o no y el diagnóstico cambia”, sentenció la especialista.

Tratamiento: Psicoterapia focalizada en la transferencia

“Sabemos que el tratamiento psicofarmacológico no alcanza, es más, es totalmente auxiliar. No hay evidencia científica que diga que el Trastorno Límite de Personalidad (TLP) se pueda tratar solo con medicamentos. El hacerlo es un gran error y está demostrado”, afirmó a El País la magíster en psicología Mónica Eidlin.

Es por esta razón que el grupo que ella integra basa su tratamiento en la psicoterapia basada en la transferencia. “Está avalada con más de 30 años de estudios científicos. Se inicia en Estados Unidos con el doctor Otto Kernberg, director del Instituto de Trastornos de la Personalidad en el Hospital Presbiteriano de Nueva York”, apuntó la especialista.

Se trata del único tratamiento que “pretende transformar la personalidad, o sea, resolver el trastorno”, indicó Eidlin.

Es una terapia de dos veces por semana, en sesiones de 45 minutos. “Se trabaja en conjunto con el psiquiatra y todas aquellas personas que atiendan a nuestro paciente, como puede ser un nutricionista. Además tenemos consulta con la familia, donde le damos un espacio para que puedan depositar sus inseguridades, sus angustias, dado que no es fácil lidiar con este tipo de pacientes”, detalló.

Destacó que el tratamiento más eficaz es la psicoterapia con medicación; esta última incluso puede terminar por anularse totalmente.

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Puede llegar al 6% de la población general

Los trastornos de la personalidad en general pueden llegar a una prevalencia de hasta el 4,5% de la población; específicamente el TLP puede alcanzar hasta el 6%.

“La prevalencia de estos diagnósticos aumenta cuando pasamos de la población general a la población clínica, o sea a la población consultante, donde puede llegar hasta un 30% y en la población hospitalizada por suicidio hasta entre un 20% y un 40%”, informó Nicolás Labbé, del Departamento de Investigación de TFP Uruguay.

Como estos trastornos generan un mayor gasto para los servicios de salud, puede ocurrir que dichos servicios los discriminen no incluyéndolos dentro del programa de tratamiento por considerar que se trata de un trastorno caro.

Hay estudios en Estados Unidos que dicen que tratados en forma oportuna le pueden ahorrar al Estado casi US$ 3 mil por año por paciente.

Especialistas uruguayos certificados

Integran TFP Uruguay psicoanalistas, psiquiatras y psicólogos certificados por la Sociedad Internacional de Psicoterapia Focalizada en la Transferencia (ISTFP).

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