HISTORIAS

Cuando Marión Aguilera ya estaba muy enferma reunió a su familia y le dijo a su hija Mariana: “Yo tengo que terminar mi libro porque quiero que quede para la gente. Más allá de lo que yo te enseñé a vos, creo que todo el mundo tiene derecho a saber. ¿Me ayudan?”

Eso puso en marcha “una especie de red colaborativa familiar”, como la definió Mariana, en la que su esposo Andrés Reyes –escritor, periodista y humorista– se puso al hombro todo lo que tiene que ver con la edición y diseño del libro, y Mariana ayudó en la redacción y agregó algunas plantas que no estaban.

Pero la mayoría sí estaba porque Marión fue una mujer de amplia trayectoria y saber en lo que a conocimientos de hierbas y plantas refiere (ver recuadro). La idea de hacer este libro rondaba en su cabeza desde hacía más de 15 años. De hecho, comenzó a trabajar en él, pero era una tarea que dejaba y retomaba una y otra vez porque su prioridad siempre fue ayudar a la difusión del conocimiento de las plantas medicinales, ya fuera en sus talleres, en sus charlas, como directora del Jardín Botánico o al frente de su ya legendaria Herboristería Marión Aguilera, que cumplirá 20 años en 2023.

“Para trabajar con plantas hace falta ser empático. Siempre al servicio del otro, hurgando en los conocimientos que uno tiene y como en un cesto de mimbre uno rebusca y revuelve las hierbas a disposición para aliviar aquello que al otro le aqueja. Con aliviarlo uno se siente satisfecho, pero si de vez en cuando incluso ese otro –haciendo uso de una planta– se cura, es fuente de felicidad y valía”, decía Marión y con esa premisa se fue armando El libro de Marión, que desde el vamos se aclara que no sustituye la consulta con el médico sino que la complementa.

Mariana señaló que muchas veces ocurre que en materia de plantas existe todo un folclore en que se les atribuyen usos que en realidad no tienen. Marión siempre quiso corregir u orientar eso y esta publicación va en ese sentido.

Comienza con un catálogo de plantas medicinales que intercala Historias asombrosas referidas a las plantas, como por ejemplo que la mermelada de arándanos favorecía la vista de los soldados alemanes en la Segunda Guerra Mundial o el conjuro con ruda que las jóvenes utilizan con los solteros que visitan el noroeste argentino. Entre ellas bien podría estar la historia del padre de Mariana, al que los médicos dieron tres años de vida por una enfermedad y vivió 24 años más gracias a las hierbas de Marión.

Sigue con una guía para la resolución de problemas, surgida de las consultas que más se reciben en la herboristería; un glosario de términos y finalmente un capítulo titulado Momentos en el que aparecen fotos de Marión y sus seres queridos. Las ilustraciones del libro –dibujos en acuarela– son obra del arquitecto Pedro Cracco, que trabajó con la autora en el Jardín Botánico de Montevideo.

Hasta que comenzó la pandemia en Uruguay, Marión iba todos los días a su herboristería. Tenía 82 años y se subía a un ómnibus para ir a dar charlas donde fuera. En 2019 conoció Europa gracias al viaje familiar que hizo con su hija, su yerno y sus tres nietos (Ignacio, Santiago y Leandro).

“Estaba muy contenta y fue muy aleccionador para todos porque no dábamos dos pasos sin que ella no encontrara una planta o una flor”, recordó Mariana, a quien todavía le cuesta mucho asimilar la partida de su madre, en enero de este año.

“Cuando comenzó la pandemia me dijo: ‘Si tú puedes hacerte cargo el negocio va a seguir; sino, no’, porque hacía tres meses que estábamos pagando alquiler e impuestos con la herboristería cerrada”, contó quien ya hacía años que trabajaba con Marión, pero solo en las tardes porque de mañana da clases en Secundaria.

Mariana reabrió la herboristería sin su madre, pero siempre en contacto con ella. Todas las tardes, luego de cerrar, se iba con Andrés a lo de Marión y hacían recuento de plantas y le daban las consultas telefónicas que ella se ocupaba de contestar llamando a sus clientes.

En su casa armó una huerta ecológica de cero, los martes siguieron siendo el día dedicado en exclusiva a sus nietos y continuó ayudando a Mariana en los vivos y videos que hacían para las redes sociales (Facebook e Instagram) y su enorme comunidad de seguidores.

“Para mi madre este libro empezó siendo un ‘quiero que la gente tenga mi conocimiento y que lo pueda usar’ y para nosotros terminó siendo parte de eso y parte de su legado y también un homenaje tras su fallecimiento. Es como ponerle un cierre, un broche de oro, a la parte cúlmine de su profesión y de su tarea”, concluyó Mariana.