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Existen lugares con leyendas de fantasmas y espíritus en casi todos los departamentos de Uruguay. Algunos lugares están abiertos al público.
Este 31 de octubre en Uruguay y el mundo se celebra la noche de brujas, más conocida simplemente como Halloween. Si bien el festejo tiene sus orígenes en el hemisferio norte, la tradición está instalada localmente y cada vez son más los niños que se animan a pedir caramelos disfrazados de los personajes más “tenebrosos”.
Las leyendas urbanas sobre sitios encantados o apariciones forman parte del imaginario colectivo y salen a la luz en la época de honrar a las brujas. Programas como Voces Anónimas, películas y libros han explorado las distintas historias fantásticas que incluyen fenómenos paranormales a lo largo y ancho del país. Uruguay tiene muchos lugares “embrujados”.
Ubicado sobre la avenida Lezica del barrio Colón (Montevideo), la residencia Idiarte Borda se considera que es el castillo encantado del Uruguay. La encargada de alimentar los rumores fue Doña Matilde, esposa de Juan Bautista Idiarte Borda, quien aseguraba que escuchaba a su esposo caminar por la torre del edificio pesar de que su marido nunca llegó a verlo finalizado. Idiarte Borda fue el único presidente del Uruguay que fue asesinado. Esto sucedió a manos de Avelino Arredondo, quien le disparó en el corazón cuando salía de misa en la Plaza Matriz de Montevideo el 25 de agosto de 1897.
La historia del cuadro de Clarita (Clara García de Zúñiga, retratada por Juan Manuel Blanes) es probablemente una de las historias de fantasmas más populares. Según el saber popular, el cuadro de la socialité rioplatense no puede moverse dentro del museo porque si se traslada suceden cosas extrañas; por ejemplo, los cuadros aparecen dados vuelta. Además, la leyenda urbana asegura que la niña del cuadro mueve los ojos.
En la zona donde está ubicado el Estadio Charrúa, el Parque Rivera alberga la historia de la Llorona. Si bien existen varias versiones sobre el origen de esta aparecida, los relatos coinciden en que en las noches de otoño se puede ver una mujer vestida de novia que recorre el predio municipal mientras llora. En algunas historias la Llorona es una mujer que fue a pasear con su hijo al parque el día antes de su boda. El niño desapareció y de ella encontraron su cadáver. Otra versión habla de un robo en las proximidades del lugar en el que una mujer, vestida de blanco, y su marido fueron sorprendieron por los atracadores y posteriormente asesinados.
En Nueva Helvecia, departamento de Colonia, todos conocen la historia del Molino Quemado. Se trata de un molino que se construyó en 1876 y fue reducido a cenizas el 7 de marzo de 1881. La historia narra que la esposa del capataz del molino apareció ahogada al día siguiente; mientras que el hombre murió de la misma manera el día 12 de ese mes. La leyenda popular asegura que cada 7 de marzo el molino vuelve a arder y se escucha una mujer que grita en el interior. En esa fecha muchos lugareños se acercan al lugar esperando ver las actividades paranormales por las que el molino es famoso.
Según la historia de los habitantes de Melo, la hija de los dueños de esta estancia fue enterrada viva en el convento del pueblo y en un ataúd era de cristal. Cuando la niña se despertó en el cementerio gritó tanto que alertó a los serenos. Sin embargo, al golpear el cajón se cortó y murió en la desesperación. Cuenta la leyenda arachana que las noches de luna, por el convento junto al arroyo, se ve deambular una niña vestida de blanco.
El hotel se encuentra en el balneario Santa Mónica, unos kilómetros antes de la entrada de José Ignacio. Según vecinos del lugar, el hotel era propiedad de un matrimonio. Cuando la mujer descubrió que su marido era infiel, se suicidó. Tras su muerte, el hombre siguió trabajando en el lugar y los visitantes aseguraban que sentían voces femeninas por los pasillos. La propiedad está abandonada hace dos décadas y ha sido intervenida por grafiteros. Estos cuentan que se siguen escuchando los pasos y las voces de la mujer engañada.
En el Gran Hotel Concordia de Salto habitan fantasmas, asegura la leyenda popular, especialmente en la habitación 32. Ese fue el lugar elegido para hospedarse por Carlos Gardel. Según huéspedes y funcionarios se escuchan voces y murmullos de forma habitual. El mito asegura que es el propio Gardel quien no sale del lugar.
La casa del águila en Villa Argentina (Canelones), alberga sus propios misterios. Se dice que fue construida por alquimistas y no se sabe dónde está el cuerpo de Natalio Michelizzi, su primer dueño. Los lugareños dicen que en las noches de luna nueva una sombra ronda el lugar y se queda allí mirando el horizonte hasta el amanecer.
En la ruta entre Salto y Paysandú, los transeúntes cuentan que vaga el espíritu de una mujer que murió en un accidente. Muchos aseguran haberla visto parada al costado de la ruta por las noches. Se le observa su cara quemada como consecuencia de la explosión en la que perdió la vida.
El mito urbano sobre este fantasma dice que quien para a socorrerla y ofrecerle un viaje es propenso a sufrir accidentes.
Según el relato, una familia se trasladaba por la ruta 5 cuando su camioneta se rompió. Mientras algunos pasajeros fueron a Tacuarembó a buscar auxilio, el resto de la familia se acercó a una casa antigua para guardar la camioneta y descansar. Luego de compartir un rato con los habitantes, estos les ofrecieron quedarse en el cuarto de huéspedes. Al despertarse descubrieron que el lugar estaba deshabitado y abandonado.
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