Una historia escrita con una mezcla de inglés y de francés, pero el corazón bien uruguayo

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Erica y Grégoire. Foto: Francisco Flores

HISTORIAS

Erica y Grégoire llegaron a Montevideo hace 12 años, sin conocer más que lo que amigos les habían contado, pero no demoraron en sentirse como en su casa.

Erica es estadounidense. Grégoire es francés. A pesar de vivir en lugares diferentes, de dedicarse a distintas cosas e incluso hablar cada uno su idioma, el destino se encaprichó y los unió.

Ese mismo destino, también, fue el que quizá los trajo hace 12 años a Uruguay a enamorarse de Montevideo. Aquí, ya hace más de cinco años, fundaron Café Gourmand, un café que se especializa en desayuno y brunch.

Esta historia empieza en Francia hace unos 15 años. Grégoire trabajaba en una empresa relacionada a la construcción con la que viajaba bastante. Había estado en México, Brasil, India y algunos países de Asia.

El traslado que le comunicaron en ese momento era a Estados Unidos. “Me transfirieron de la oficina en París a la de Denver, en Colorado”, contó a El País. Erica, por su parte, también había viajado mucho.

Por estudios había estado en Holanda y República Checa, pero se había asentado en Denver por su trabajo en el área de marketing. “Justo estaba haciendo un voluntariado para la alianza francesa, planificando todos los eventos de gala que se hacían, y una amiga que era compañera de Greg me dijo que tenía que conocerlo”, recordó Erica. El destino ya había jugado sus cartas y todo quedó en manos de dos personas que escribieron su historia de amor sin medir el tiempo.

“Fue todo muy rápido. A las dos semanas de empezar a salir nos mudamos juntos. Eso fue en agosto y para la Navidad de ese mismo año llegó mi familia desde Francia y nos juntamos con la familia de ella en Denver”, dijo Grégoire.

El siguiente plan era el casamiento. Todo estaba pensado para 2019 y ya había varios detalles en mente como, por ejemplo, que sería en Francia. Pero de pronto las cosas se salieron del libreto y la empresa en la que Grégoire trabajaba anunció que dejaría de operar, por lo que debía marcharse del país ya que, al no tener trabajo, no contaba con la documentación necesaria para quedarse. ¿La única solución a la vista? Que se casara con Erica.

Así que los planes de la boda en Francia se suspendieron y, en pocos días, decidieron hacer lo necesario para seguir juntos. “Justo mis padres estaban en Estados Unidos de visita y con los padres de Erica nos fuimos a Las Vegas y nos casamos. Solo nuestros padres y nosotros. Nadie del resto de la familia o amigos sabía”, dijo Grégoire.

Cuando abuelos, primos, hermanos y amigos se enteraron no entendían nada. Pero al poco tiempo hicieron un “segundo” casamiento y celebraron todos juntos.

Cambio de planes, a un mes de la mudanza.

Grégoire perdió su trabajo y unas semanas después, inesperadamente, Erica también el suyo. “Fue una sorpresa. Entonces dijimos: ‘¿Qué hacemos ahora?’”, contó.

La idea de mudarse a algún país de América Latina era algo que estaba en los planes. En ese momento, ya casados, sin trabajo y con algunos ahorros, fue algo en lo que se pusieron a pensar aún más. Querían una nueva vida y estaban dispuestos a trabajar de lo que fuese para hacerla realidad.

El destino elegido fue Argentina, así que hasta allí viajaron y estuvieron un mes en Buenos Aires y una semana en Mendoza. “Nos gustó muchísimo. En ese momento ni miramos Uruguay, no sabíamos nada”, dijo Grégoire.
Al volver a Estados Unidos comenzaron a planificar la mudanza y un mes antes del viaje algo cambió: las cajas que decían “Buenos Aires” tenían ese sitio tachado y se podía leer en ellas “Montevideo”.

“Nos juntamos con una amiga que nosotros pensábamos que era venezolana. Pero era uruguaya y había vivido muchos años en Venezuela, así que no tenía acento uruguayo ni nada. Empezó a hablarnos de su país y nos dijo que quizá era una buena opción para nosotros”, señaló el francés.
“No teníamos idea de nada. Empezamos a mirar en Internet, vimos que era lindo, que estaba cerca de la playa. Y en Argentina vimos que había algunos problemas como la estabilidad financiera, problemas para invertir, trámites de residencia que eran un poquito más complicados”, agregó.

Emprendedores.

De todos sus viajes, Erica siempre volvía con libros de gastronomía. Grégoire era amante de la cocina. En Estados Unidos solían reunirse con amigos con los que armaban una “mesa francesa” para compartir su cocina. Así comenzaron a meterse en ese mundo.

Una vez instalados en Montevideo, notaron que las ofertas gastronómicas en ese momento no eran tantas ni tan buenas, por lo que se encaminaron a un nuevo sueño: tener su lugar en el que ofrecer especialidades francesas.
Ese sueño se fue afinando y luego de recorrer su barrio visitando locales, llegaron al de Constituyente y Yaro, donde desde hace más de cinco años funciona Café Gourmand. “Nos encantó Uruguay y vimos que faltaban propuestas”, sostuvo él. Y Erica añadió: “Sabíamos que la gente quería comer mejor, que estaba más abierta a un producto distinto. Queríamos abrir un restaurante en el que nosotros querríamos comer bien cada día”.

Al principio abrían toda la semana, luego comenzaron a hacerlo solo los sábados y domingos: “La gente pide más los desayunos y brunch los fines de semana. Y nosotros podemos enfocarnos más en productos de calidad y también en equilibrar el tiempo entre el trabajo y el tiempo con nuestras hijas”, dijo Grégoire, refiriéndose a Penélope (9) y Thalía (8), ambas nacidas en Montevideo.

“Estamos super orgullosos de vivir en Uruguay”, dijo Erica, y Grégoire agregó que no se imaginan en otra parte del mundo: “Viajamos a otras partes, por ejemplo a Francia, y está bien para visitar, pero tenemos familiares y amigos y sabemos que es difícil vivir allá. Ellos viajan una hora por día para ir a trabajar o viven en un lugar muy chico. Nosotros estamos muy contentos acá”.

Un sueño cumplido.

Erica y Grégoire llegaron a Montevideo hace 12 años, en la noche de un 31 de octubre, y recuerdan que durante las primeras horas dudaron un poco de la decisión que habían tomado: era fin de semana, llegó el feriado del 2 de noviembre, estaban en un hotel del Centro y en la calle no había gente, los locales estaban todos cerrados y para peor el clima no era el mejor.

“¿Qué hacemos acá?, qué mala idea tuvimos”, pensaron. Pero hacia el 3 de noviembre todo fue cambiando: amaneció soleado en Montevideo y al salir a la calle el movimiento de la ciudad pintó todo de otro color. “Fue un alivio. El primer tiempo pasamos mucho con unos amigos que eran conocidos de nuestra amiga uruguaya que había vivido en Venezuela. A los meses pudimos comprar una casa en la calle Emilio Frugoni. Tardamos tres años en repararla, Grégoire arregló todo de a poco”, contó Erica.

El primer tiempo fue de riesgos y sacrificios. Tuvieron diferentes trabajos; entre otros, ella daba clases de idioma en línea o traducía documentos médicos y con el paso de los primeros meses comenzaron a pensar en emprender en algún rubro que aquí no estuviera tan explotado. Así surgió la idea de un local gastronómico. Café Gourmand está en Constituyente y Yaro y su Instagram es @cafegourmand.uy.

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