Ella italiana, él francés: conocieron Uruguay por internet y lo eligieron para su nueva vida

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Julia y Paul. Foto: Francisco Flores

HISTORIAS

Julia es italiana y Paul, francés: investigaron en internet y decidieron venir a vivir a Montevideo para instalar su propia panadería especializada en brioche.

Más que una historiade amor, tal vez sería más acertado decir que esta es una “aventura” de amor, de esas que comienzan de manera virtual y terminan saliendo bien, enmarcada en un viaje que comenzó a gestarse en 2018 en Nantes, Francia.

En ese entonces, una joven pareja había empezado a investigar distintos países con la idea de armar las valijas y cumplir el sueño de emprender en algún lugar lejano.

Que sea tranquilo, que la gente sea amable, que tenga cierta estabilidad política y económica, pero que sea una cultura diferente a la que los había visto crecer. Eso buscaban. Y así fue que Julia, una italiana de 28 años, y Paul, un francés de 34, conocieron Montevideo: a través de internet.

Ninguno de los dos había estado antes en Uruguay. Tampoco tenían aquí familia, amigos, ni conocidos. Pero durante casi cinco años fue uno de los posibles destinos. Cada vez se convencían más de probar suerte en “este pequeño país” que finalmente los recibió a principios de 2022, concretando la aventura de mudarse y emprender en un lugar al que solo conocían a través de una pantalla.

Julia y Paul. Foto: Francisco Flores
 Foto: Francisco Flores

Los primeros meses lo dedicaron a elegir en qué barrio vivir. De a poco fueron conocieron gente y haciendo amigos y en el pasado julio finalmente abrieron las puertas de su propio local, en el que comparten un pedacito de sus raíces: una panadería cuyo producto estrella es el brioche tradicional francés.

Varias opciones, y Uruguay como la mejor.

Mientras Paul está a unos metros sacando del horno algunas de las especialidades de Brioche Felix, Julia cuenta a El País que se pusieron de novios hace unos siete años, cuando se conocieron por intermedio de amigos: “Yo soy de Lombardía, Italia, pero a los 19 años me fui a Francia por mis estudios universitarios y me quedé allí”.

En un español que tiene mucho acento de francés mezclado con italiano, Julia agrega que les gusta mucho viajar y que estuvieron evaluando varias opciones antes de decidirse por Uruguay. “De Latinoamérica es el país que más nos gustaba. Paul había pensado en Argentina, pero nos daba miedo invertir allá; también vimos la posibilidad de ir a Canadá, porque nuestro producto podía funcionar, pero finalmente Uruguay nos pareció la mejor opción”, contó.

Después de analizarlo durante cinco años acordaron que “Uruguay es un pequeño país bastante seguro y estable política y económicamente” y que les pareció “la mejor opción para invertir”. Y añadió: “Lo analizamos mucho. Somos muy pragmáticos y quisimos ser responsables para que funcionara bien, organizar todo con tiempo y también tranquilizar a nuestros padres. Además, somos solo nosotros, no tenemos el respaldo de una gran sociedad”, sostuvo en diálogo con El País.

Julia y Paul. Foto: Francisco Flores
Foto: Francisco Flores

Cuando llegaron a Montevideo apenas hablaban español, pero en pocos meses lograron hacer amigos, clientes y levantar la persiana de Brioche Felix, que abre todos los días en la calle Maldonado 1518.

El amor por la comida.

Julia realizó en Francia una licenciatura en Letras. Paul se formó en principio en el área de finanzas, pero ambos siempre estuvieron ligados al amor por la comida gracias a sus familias.

Paul tiene familiares que trabajan en panadería y quizá así fue que, de a poco, comenzaron a brotarle las ganas de formarse en gastronomía, puntualmente en pastelería, y dedicarse a eso. De las finanzas a la mesada, el francés tuvo la oportunidad de trabajar en varias panaderías francesas. Hoy, aplica todo en la producción que realiza cada día, desde las 3 de la madrugada cuando se levanta, en Montevideo.

“Con Julia en casa siempre hablamos de comida y cuando pensamos en emprender en otro país no lo dudamos, era muy evidente que tenía que ser un proyecto que tuviera que ver con comida”, dijo Paul.

Lo que encontraron fue fiel a lo quer imaginaban.

Julia y Paul investigaron durante unos cinco años varios posibles destinos para instalarse y eligieron Uruguay. Para ellos, la realidad de Montevideo “es fiel a la información que uno puede encontrar en internet”. Julia dijo que desde su llegada, a principios de este 2022, la gente hay sido muy amable con ellos y que, si bien hay algunas diferencias culturales, se han adaptado a la ciudad y al barrio.

Eligieron la zona de Palermo porque “visitando toda la ciudad aquí nos gustó, tanto por la ubicación, porque tiene viviendas y también oficinas, hay muchos inmigrantes, gente de todas las edades, y el local nos gustó porque es muy amplio y queríamos que sea abierta la parte en que producimos, porque a la gente le gusta ver”, dijo la italiana.

Brioche Felix está ubicada en Maldonado 1518 (Montevideo) y abren de martes a viernes desde las 7.45 a las 18.30 y los fines de semana desde las 8 hasta 14.30. También están en Instagram como @briochefelix.

Un alimento hecho con consciencia.

El brioche, la estrella y base de la propuesta de Brioche Felix, “es un panificado francés que se hace a base de harina de trigo, huevos, manteca, masa madre y azúcar”, explicó Julia a El País, agregando que “se puede comer así solo, con dulce, con algo salado, en rebanadas”.

Además hacen brioche con chips de chocolate amargo, chocolate con leche, chocolate blanco y versiones individuales dulces y saladas. También hacen varios tipos de pasteles o rollos, pero todo a base de masa de brioche.

Paul explicó que trabajan cuidando todos los detalles, tanto de los procedimientos como de los ingredientes que usan. “En Uruguay hay materia prima de muy buena calidad que nos permite hacerlo de la misma manera que en Francia”, contó. Debieron adaptarse a los mismos, cambiando la manera de amasar, el orden de los ingredientes o el tiempo de pausa que debe tener la masa, pero lograron así un producto de calidad en base a la filosofía de su emprendimiento: “Ser panadero no es solamente amasar y hornear. Un buen panadero busca, investiga sobre los ingredientes y eso es importante. Usamos harinas sin aditivos, masa madre, huevos de gallinas libres, porque no se trata solo de un producto que se come y listo, tiene que ser algo hecho de manera consciente”.

Para la elaboración, explicó, usan muy poca levadura y es esencial la masa madre: “Eso hace que el pan se digiera mejor”, explicó Julia. Para una masa de 20 kilos de brioche, por ejemplo, usan menos de 500 gramos de levadura. “Lo que hace la masa madre, entre otras cosas, es una especie de predigestión, por eso estos productos se digieren mejor que los hechos con harinas refinadas o mucha levadura”.

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