SALUD
Se trata de una enfermedad rara que afecta la movilidad de las personas de por vida. En Uruguay existen dos medicamentos cuyo suministro por parte del FNR viene de ser aprobado por el MSP.
"Creo que estuvimos cinco minutos con el grado 5 de Neurología que nos dijo: ‘No hay nada para hacer, lléveselo para su casa, cuídelo de las infecciones respiratorias y espere el desenlace natural’”. Así recuerda Pablo Correa lo que ocurrió cuando su hijo Santiago fue diagnosticado con Atrofia Muscular Espinal (AME, tipo I), enfermedad rara que afecta a uno de cada 10 mil niños nacidos vivos.
“Nos fuimos para casa. Estábamos en invierno, Santiago se resfrió y ahí empezó todo porque tuvimos que ventilarlo”, contó este padre que desde que le dijeron que no había nada para hacer no paró de moverse por un chico que hoy tiene 19 años y que, según los pronósticos, hace rato que no debería estar vivo. “Si el hombre llegó a la Luna en el año 1969 no me podés decir que no hay nada para hacer”, insistió.
Pablo viajó a Argentina, se contactó con una familia en su misma situación y eso lo llevó a conocer al grupo de padres que luego fundaría Familias con AME (FAME) en el vecino país, asociación civil que luego replicó en Uruguay (ver recuadro).
El derroteo de la familia Correa fue como el de muchos pacientes con AME. Si la enfermedad se manifiesta al nacer, los padres o cuidadores notan que el bebé tiene flacidez en los músculos. Consultan al pediatra y este lo deriva al neuropediatra, que es el profesional clave en esta cadena porque es el que debe sospechar la AME e indicar el estudio genético (sangre) que la confirme. “Las atrofias musculares espinales son enfermedades neuromusculares, genéticamente determinadas. La más frecuente se produce porque hay un error en la información genética que se encuentra en el brazo largo del cromosoma 5 y que mantiene viva la neurona necesaria para dar la orden de la función motora”, explicó a El País la pediatra, neonatóloga y genetista Rosario Guecaimburu.
Las neuronas afectadas se encuentran en la médula y en la parte inferior del cerebro y son las que controlan el movimiento de brazos, piernas, tórax, lengua, garganta. Por eso es que también aparecen problemas respiratorios –el paciente necesita ser ventilado– y para tragar.
La AME es una enfermedad que se transmite por un rasgo recesivo. Eso quiere decir que el individuo necesita recibir dos copias equivocadas del gen afectado, una aportada por la madre y la otra aportada por el padre.
“Los portadores son sanos porque tener una sola copia sin daño les alcanza para que sus neuronas se mantengan vivas y ni se enteren de que portan la enfermedad. Solo lo saben si tienen un hijo con AME o se hacen estudios por pertenecer a una población de riesgo”, detalló.
Al juntarse dos portadores de la enfermedad tienen un 25% de probabilidades de concebir un hijo con AME. “Como la genética no tiene memoria, cada embarazo es un evento independiente, o sea que cada embarazo es una posibilidad en cuatro. Eso significa que esa pareja puede tener más de un hijo con la enfermedad o ninguno”, indicó la especialista.
Uruguay aprobó el acceso gratuito a la medicación
El pasado martes 23 de agosto autoridades del Fondo Nacional de Recursos y del Banco de Previsión Social presentaron un nuevo programa para el tratamiento de AME. La iniciativa evita la presentación de recursos de amparo para acceder a la medicación, que será entregada de forma gratuita a los pacientes.
La coordinación estará a cargo del Centro de Referencia Nacional en Defectos Congénitos y Enfermedades Raras (Crenadecer).
En Uruguay hay 40 personas con AME en sus diferentes tipos. Más del 60% es tipo I (la más grave). Veintisiete pacientes están recibiendo tratamiento con alguno de los dos medicamentos registrados en el país, 21 de ellos era por la vía judicial y los otros 6 por uso compasivo (laboratorios las donan).
Un uruguayo encontró uno de los tratamientos
Adrián Krainer, director del programa de Cáncer y Biología Molecular del laboratorio Cold Spring Harbor (EE.UU.), fue quien desarrolló la droga Spinraza.
Cuatro tipos.
Se identifican cuatro tipos de AME, que podrían ser cinco si ya se advierte que el bebé deja de moverse en el vientre de su madre (tipo 0). El tipo I nunca se sienta, el tipo II llega a sentarse, el tipo III camina y el tipo IV es cuando la enfermedad aparece en la edad adulta, como a los 20 años.
“Este último es poco común y es la forma más leve, con una progresión más lenta”, señaló Guecaimburu. De todas formas hay que aclarar que los pacientes con AME son 100% dependientes de otra persona y que esta patología es crónica. “No se toma vacaciones”, diría la genetista.
Cuanto más temprano se realice el diagnóstico, más temprano comenzará el tratamiento y mejores serán los resultados. No habrá cura, pero se enlentecerán los efectos de la enfermedad y aumentará la expectativa de vida.
“Estos pacientes sí o sí son de asistencia en equipo”, enfatizó Guecaimburu y mencionó que en su abordaje intervienen endocrinólogos, fisioterapeutas, fisiatras, traumatólogos, gastroenterólogos, neumólogos, nutricionistas, otorrinos, cuidados paliativos.
“Es un equipo enorme donde tenemos que estar todos conectados. Además, estos pacientes no se juegan todo en si tienen o no la terapia; se lo juegan también en si tienen prótesis o sillas de traslado, asistencia respiratoria… en calidad de vida”, destacó.
Al haberse optimizado los tratamientos, en las investigaciones hechas en el Primer Mundo comenzaron a notar que hay muchas cosas que aún no se saben o no están resueltas.
¿Qué pasa con el músculo que no se movió nunca o se movió menos? ¿Qué pasa con los músculos periféricos? ¿Por qué hay pacientes que caminan y otros no? ¿Por qué algunos responden a los medicamentos y otros no?
“Cuando apareció la terapia fue solo la punta del iceberg, eso es algo que ocurre mucho con la genética. En este caso es un error que está inserto en 29.999 informaciones genéticas, diferentes para todos los pacientes. Por lo tanto, todos comparten el mismo error genético, pero no a todos les va igual porque además se exponen a diferentes ambientes”, apuntó la especialista.
Lo importante es no darse por vencido. Si bien Santiago Correa tiene un respirador las 24 horas, maneja la computadora con su diafragma y en ella escribe y juega. Aprendió solo a leer y escribir en español y en inglés y sabe un poco de historia, de física y de geografía. Estaba por hacer la prueba de escolarización cuando comenzó la pandemia, trámite que piensa retomar.
“Lo que le falta de fuerza, lo tiene en inteligencia. Por eso sostengo que siempre se puede, no hay que decir que no”, remarcó Pablo, un padre que es ejemplo de que siempre hay algo para hacer.
En Uruguay se aplican dos tratamientos
Hay tres tipos de tratamiento, dos de ellos aprobados en Uruguay: Spinraza (cuatro inyecciones en el primer año y luego tres por año) y Risdiplam (vía oral en dosis según el peso del paciente). El tercero es la terapia génica, que se aplica en otras partes del mundo.
Para entender cómo funcionan, la doctora Rosario Guecaimburu apeló a la imagen de dos ómnibus. Uno sería el gen equivocado de los pacientes con AME, el SMN1, y el otro uno que está muy cerca y que produce dos proteínas, el SMN2.
“El SMN1 es un ómnibus que tiene un solo punto de salida y un solo punto de llegada y las mismas paradas. Para quienes tienen AME ese ómnibus no sale nunca. El SMN2 es el mismo ómnibus que por momentos muy cortitos y una sola vez en el día hace el mismo recorrido que el SMN1 (25% de las veces) y las otras veces hace un recorrido acortado que no me sirve para nada (75%). Por lo tanto, los pasajeros que quisieran subirse al SMN1 y no pueden, podrían usar el SMN2, pero muy poco. Como el paciente sano tiene dos copias buenas, el 25% no le importa porque tiene el SMN1 que sale y llega a destino”, señaló la genetista.
¿Qué hacen los medicamentos aprobados en Uruguay? “Aumentan la cantidad de ómnibus del SMN2, o sea su cantidad de proteínas. La proporción sigue siendo 75%/25%, pero si tengo muchos SMN2 aumento los 25%”, explicó. ¿Es lo mismo que tener el SMN1? “No, por eso se llaman drogas modificadoras de la enfermedad. Lo que hacen es aumentar la producción del SMN2 que incluye la información genética que me falta para la supervivencia de la motoneurona”, apuntó.
La terapia génica, en tanto, “es poner el SMN1 correcto a través de un vector viral, o sea un virus que lleva la información genética a la célula”, señaló Guecaimburu.
FAME busca apoyo del gobierno en varios temas
En 2015 se creó FAME Uruguay, asociación conformada por familias y pacientes con atrofia muscular espinal. Entre sus objetivos están visibilizar la enfermedad, concientizando sobre los problemas y necesidades de los pacientes y sobre la importancia del acceso a los tratamientos adecuados.
También buscan llegar al diagnóstico precoz promoviendo la realización del screening neonatal.
Otro punto clave es poder contar con un centro médico de referencia. Hasta el momento los pacientes se atienden en el Centro de Referencia Nacional en Defectos Congénitos y Enfermedades Raras (Crenadecer), que será el encargado de coordinar el acceso gratuito a los medicamentos de alto costo recientemente autorizado por el gobierno. Los pacientes serán derivados allí por sus prestadores de salud y comenzarán el proceso para acceder al tratamiento.
Además está por firmarse un acuerdo con la Teletón para que sea parte del equipo y contribuya en el seguimiento y evaluación de los pacientes.