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Una falla geológica ocasionada hace millones de años generó una fractura de hasta 170 metros sobre el nivel del mar en el lecho del río Uruguay y provocó así la creación de los Saltos del Moconá, unas cataratas situadas en la provincia argentina de Misiones, en la frontera con Brasil. Si bien el lugar no es tan famoso como las Cataratas del Iguazú –declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984–, se posiciona cada vez más como un destino elegido por los amantes de la naturaleza, el senderismo y el ecoturismo.

Lejos de ser un inconveniente, su privilegiada y escondida ubicación –protegida por la selva misionera– hace que sea un destino atractivo para los turistas que buscan conocer lugares no tan masivos. Se estima que la zona es visitada solo por el 5% de los turistas que llegan hasta las Cataratas del Iguazú.

Con una altura promedio de entre dos a cuatro metros en años de crecidas y de entre seis a ocho metros en años de bajantes, los Saltos del Moconá son un espectáculo extraordinario porque tienen la particularidad –a diferencia de la mayoría de las cataratas– de ser longitudinales, es decir que recorren paralelamente al río.

Es esa misma característica la que hace que no siempre se pueda acceder a los saltos –ubicados en el Parque Provincial Moconá–, dado que el ingreso al parque depende de la altura del arroyo Yabotí. Si el nivel del agua es bajo se puede acceder al parque, mientras que si el arroyo está crecido, los saltos no son visibles y el ingreso queda inhabilitado hasta que baje el nivel del agua.

Por esa razón, los guías turísticos recomiendan visitar los Saltos del Moconá entre agosto y marzo, los meses más secos. El pasado verano –marcado por una importante sequía– la altura de los saltos llegó hasta los 14 metros. Sin embargo, aseguran que ese fue un fenómeno “excepcional” y que los saltos no se suelen dejar ver durante un cuarto del año, por lo que afirman que para conocer esta belleza natural se necesita a veces de “un golpe de suerte”.

El nombre Moconá tiene su origen en la lengua guaraní y, si bien hay múltiples hipótesis sobre el significado, hay relativo consenso en que quiere decir: “El que todo lo traga”. También hay quienes afirman que Moconá deriva de Mocombá, palabra guaraní que significa “que se corrió”, en alusión a la falla geológica que ocasionó los saltos.

La interpretación también varía de acuerdo al país. Según el guardaparques uruguayo Leonardo Rangel Olivera –radicado desde 1997 en la colonia Puerto Paraíso, a mitad de camino entre los saltos de Moconá y la ciudad de El Soberbio–, los Saltos del Moconá son conocidos en Brasil como Salto Do Yucumá, cuyo nombre proviene del los Kaingans –un pueblo indígena del centro sur del Brasil– y significa “el gran tronador”, en referencia al sonido que produce la caída del agua.

Más allá de los 1.900 metros de largo con caídas de agua que lo llevan a ser el salto longitudinal más largo del mundo, hay una cantidad de actividades para hacer y lugares que recorrer en la zona de la selva misionera, tales como paseos en lancha por debajo y por encima de los saltos, avistamiento de aves, mamíferos, peces y anfibios, así como también diferentes recorridos de senderismo.

El Parque Provincial Moconá cuenta con casi 1.000 hectáreas y está dentro de la Reserva de la Biósfera Yabotí, una reserva de 235.959 hectáreas, de las cuales el 80% pertenece a privados.

Misiones es el último refugio verde de Argentina y se considera que es el mayor remanente de selva paranaense del planeta. Eso lo convierte en el refugio de una gran cantidad de aves (loros, tucanes y papagayos), coatíes, zorros, carpinchos, pumas y del yaguareté (o jaguar), el mayor felino de América, conocido como el “rey de la selva misionera”.

El parque está a unos 337 kilómetros de Posadas, la capital de la provincia de Misiones, a 320 kilómetros de Puerto Iguazú y a tan solo 63 kilómetros de la ciudad de El Soberbio, el centro urbano más cercano del parque.

El Parque Provincial Moconá abre todos los días de 9.30 a 17.30 horas y se puede permanecer hasta las 18.00 horas. La entrada general a extranjeros tiene un costo de $ 800 argentinos (unos $ 145 uruguayos aproximadamente). Las entradas para los niños de entre 6 a 12 años cuestan $ 150 argentinos (unos $ 27 uruguayos) y los menores de 6 años o personas con capacidades diferentes tienen acceso gratis al parque.

En tanto, los paseos náuticos (recorrido por los saltos en lanchas) tienen un costo para los extranjeros de $ 3.300 argentinos (unos $ 600 uruguayos) y los menores de 6 años o personas con capacidades diferentes no pagan. Los tickets se adquieren en el embarcadero del parque y no se realizan reservas previas. Además, se debe tener en cuenta que tanto el ingreso al parque como los paseos náuticos estarán condicionados por el caudal del arroyo Yabotí y las condiciones del río Uruguay.

A diferencia de lo que ocurre con las Cataratas del Iguazú, para llegar hasta los Saltos del Moconá no alcanza solo con tomar un avión. Los aeropuertos más cercanos al lugar son el de Posadas y el de Puerto Iguazú, ambos a unos 300 kilómetros aproximadamente. Desde allí se puede alquilar un auto, una opción recomendable para quienes quieran disfrutar de viajar en ruta por la selva y sus múltiples miradores a la Reserva, o contratar un servicio de traslado turístico.

Quienes viajen en auto desde Puerto Iguazú, deberán tomar la ruta 12 hasta el desvío con El Alcázar, continuar luego por la ruta 11 hasta Dos de mayo, luego tomar la ruta 14 hasta San Vicente y posteriormente, la ruta 13 que llega hasta El Soberbio. También se pueden contratar excursiones turísticas en ómnibus o camionetas, desde el hotel de Iguazú. Una vez en El Soberbio, la ciudad más cercana a los saltos, se debe tomar la ruta 2 y a los 63 kilómetros se llega a la entrada del Parque Provincial Moconá.

Quienes viajen en ómnibus desde El Soberbio deberán tomarse el ómnibus Expreso Prox, pero deben tener en cuenta que solo sale una vez al día, a las 8 de la mañana y regresa a las 17 horas.

Hay múltiples opciones de alojamiento. Algunas de las más recomendadas en El Soberbio son: La Misión Lodge, un emprendimiento a 25 kilómetros de los saltos, el cual cuenta con cabañas y glamping (carpas lujosas) al borde del río Uruguay, además ofrece actividades para vivir una auténtica experiencia de selva tales como safari 4x4, aventuras en kayak, lanchas y cabalgatas.

Otra opción es La Chacra Lodge, ubicado a 49 kilómetros del Parque Moconá; así como también la reserva natural privada y jardín botánico Yasí-Yateré. Esta es una opción recomendable para quienes disfruten de realizar senderos por áreas de cultivos agroforestales con manejo biológico, así como también degustar dulces y licores orgánicos elaborados ecológicamente.

Para quienes busquen conectar con la selva misionera sin dejar de tener acceso a todos los servicios, también está la posibilidad de alojarse en Moconá Virgin Lodge, el único hotel en formato all inclusive de la zona. El alojamiento se encuentra a 28 kilómetros de los Saltos del Moconá y ofrece actividades como: tirolesa, rappel, kayak, avistaje de aves, arquería, senderismo y fogones con relatos de mitos y leyendas guaraníes.

También ofrece un servicio de degustación de sabores autóctonos, como el tradicional reviro misionero, un plato típico preparado en base a harina, sal y aceite.