PUNTA COLORADA

A pesar de su nombre interesante y serio, Ludwig Van Beethoven, es pura ternura. Usa chupete, y hace poquito una niña que lo visitó le llevó el suyo de regalo. Ella no lo usa más, pero él aún es un bebé y le encantan los chupetes. Ludwig es un lobezno que aún no cumplió un mes y hace unas semanas apareció en Aguas Dulces. Desde ese día vive en la ONG SOS Rescate Fauna Marina, que funciona en Punta Colorada, Maldonado.

Ludwig duerme siestas profundas, pero de poco tiempo y como todo bebé es amante de las travesuras: mientras el fundador de la organización, Richard Tesore, habla con El País, el pequeño protagonizó un par de interrupciones al escabullirse donde al parecer no debía. Es sin dudas el personaje de la temporada.

La familia que acompaña a este lobezno, tanto la humana como la animal, es grande. Y un día le tocará recuperar su libertad, como pasó con Ramón, Iza, Sonio, Piki, Bella o Macho, otros animales que regresaron al mar antes de fin de año tras mejorarse de sus problemas de salud.

La ONG retomó las visitas guiadas, que estaban suspendidas desde marzo del año pasado a causa de la pandemia. A mediados de enero abrió sus puertas nuevamente, cumpliendo con todas las medidas establecidas por el protocolo sanitario y se puede hacer un tour por el lugar . Entre otros atractivos, los visitantes son recibidos por el pingüino Juan, la tortuga Josefina o los leones marinos Pedro y Panza. Este último ya hace un año está en rehabilitación en el predio, pero nació prematuro y de tamaño es más pequeño que el bebé Ludwig.

Tesore contó que las visitas se realizan todos los días y con grupos reducidos. Duran aproximadamente una hora y son todos los días a las 10, 11, 12, 16, 17, 18 y 19 horas. Para concurrir hay que reservar lugar comunicándose al 094 330 795. Para los socios de la ONG esta actividad no tiene costo, pero para el público en general la entrada cuesta $300 por persona, dinero que luego es destinado a cubrir los costos de alimentación, así como de medicación y mantenimiento de todos los animales que están en rehabilitación y del lugar.

La pandemia fue un golpe para la ONG, ya que según su fundador el 90% de lo que recaudan para poder funcionar viene de las visitas guiadas y recién en la segunda quincena de enero las retomaron. “Nos estamos adaptando, veníamos haciendo recaudaciones a través de redes sociales, por ejemplo, pero no ha sido ni es fácil y no es fácil”, contó.

En el recorrido se observa a los animales en rehabilitación, se aprende sobre el trabajo que hace la ONG y sobre los lobos marinos, los pingüinos, leones marinos, gaviotas, tortugas marinas y más.

En el marco de la situación sanitaria actual, además de ingresar en grupos reducidos, los visitantes deben realizar un control de la temperatura corporal, usar tapabocas durante todo el recorrido, incluso en los momentos en que se toman fotografías, y mantener el distanciamiento social, además de lavarse las manos. Los cuidados son por las personas, pero también por los animales, detalló Tesore: “A pesar de que es un lugar abierto, tenemos aforo limitado y medidas, porque algunos animales emparentados con lobos marinos han adquirido covid, por lo menos en Europa, entonces la idea es no arriesgarnos ni nosotros ni los animales”.

Uno de los pilares de la ONG es la educación ambiental: además de salvar animales, buscan crear conciencia, sembrar empatía y cambiar hábitos.

Gran parte de los animales que llegan a la organización están enfermos porque han ingerido plástico o se han enredado en basura que hay en los océanos y que hemos tirado los seres humanos, señaló Tesore. Por eso, además de curar sus heridas y ayudar a mejorar su salud, trabajan con el fin de abordar el problema desde la raíz: educando.

Desde hace años, los programas de Rescate Fauna Marina alcanzan a miles de niños y adultos a través de las visitas escolares, de las visitas guiadas y de voluntariado.