EVENTO

Para las niñas y niños, las características y circunstancias de trabajo de sus padres pueden determinar las condiciones de su vida y también las posibilidades de desarrollar su máximo potencial.

Con esa idea como premisa, Unicef y el diario El País llevarán adelante Empresas que cuidan, un evento online que tendrá lugar el martes 8 de diciembre, de 8.30 a 11.00, y del que se podrá participar en forma gratuita.

Desde Unicef se entiende que las empresas pueden tener un impacto significativo en la crianza de los hijos a través de sus políticas de recursos humanos.
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Las políticas amigables con las familias son típicamente definidas como aquellas que ayudan a conciliar la vida familiar con la laboral. El foco, por lo general, siempre está puesto en los beneficios y la flexibilidad de las que disponen las madres y los padres trabajadores; lo que es necesario, entonces, es mostrar cómo estas condiciones también repercuten en los niños y adolescentes de la familia del trabajador.

Desde una óptica de los derechos de los niños, las políticas amigables con las familias son aquellas que tienen un impacto positivo en la habilidad de los trabajadores para conciliar sus responsabilidades familiares y laborales y el bienestar y desarrollo de sus hijos.

Estudios de varios campos de conocimiento, tanto social como de la neurociencia, coinciden en que existen dos períodos en la vida que son particularmente trascendentes para el desarrollo de las personas. Se los conocen como las “dos ventanas de oportunidades” y corresponden a la primera infancia y la adolescencia.
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Es fundamental que, desde la gestación y en los primeros años, el niño viva en un entorno protector que le asegure las condiciones para que su alimentación y su salud estén atendidas. También es importante que esté en un entorno que le brinde afecto, un buen vínculo y estímulos. Esa es la base para que su cerebro pueda estar atento y aprender.

Cuando las circunstancias son desfavorables y el entorno no ejerce protección, la respuesta del niño es el estrés. Este tiene un efecto inhibidor muy potente sobre su cerebro, por lo que habrá etapas que no se cumplirán y eso quedará registrado.

En cuanto a la adolescencia, en la pubertad se inicia el influjo de las hormonas sexuales y el cerebro sufre fuertes cambios que comienzan a adaptar a ese individuo a la vida reproductiva.

A esa edad algunas zonas del cerebro maduran tardíamente, por lo que sus funciones ejecutivas se ven mermadas, así como su capacidad para planificar los actos y medir sus consecuencias.

También se suceden cambios químicos que impulsan a correr tras estímulos cada vez más fuertes, asumiendo muchas veces conductas más riesgosas, sin que el individuo se dé cuenta.

El niño depende 100% de quien lo cría y quien lo cuida; el adolescente necesita el acompañamiento atento de sus cuidadores para capitalizar las oportunidades de desarrollo inherentes a la etapa que atraviesa.

Por eso la dedicación de estas personas y las prácticas de crianza son fundamentales en estas dos etapas. Unicef entiende que las empresas tienen mucho para hacer en ese sentido y que es fundamental que la sociedad tome conciencia de que tiene que brindar atención a los cuidadores ya que son determinantes en las “dos ventanas de oportunidades”.

Empresas que cuidan es una iniciativa de Unicef que busca inspirar a líderes empresariales para asumir una postura activa a favor de los niños y adolescentes.

El evento, impulsado por el diario El País, contará con la participación de expertos internacionales de Unicef que presentarán de manera interdisciplinaria los avances y las investigaciones que dan fundamento a esta iniciativa.

Además, seis referentes empresariales (ver recuadro) compartirán sus mejores prácticas, experiencias y nuevas políticas que impulsan para lograr la conciliación familiar-laboral, así como otros aspectos vinculados a las nuevas tendencias de gestión humana a nivel local e internacional.