Resistir a la tentación de la comida chatarra: estudio indica cómo y cuándo actuar

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Una de cada cinco muertes en el mundo está asociada a la mala alimentación. Foto: Flickr

SALUD

Investigadores descubrieron que hacer ejercicios físicos intensos en el período conocido como “incubación del deseo” puede ser una manera efectiva para evitar alimentos ricos en calorías

Al buscar una alimentación saludable uno de los mayores desafíos es resistir a la tentación de consumir alimentos altos en calorías que pueden comprometer una dieta balanceada.

Eso es aún más difícil después de largos períodos de abstinencia, cuando el deseo parece sólo aumentar. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Washington, en los Estados Unidos, descubrieron que una rutina de actividades físicas intensas puede no sólo ayudar a quemar calorías sino también a reducir las ganas de consumir alimentos grasosos.

El estudio, publicado por la revista científica Obesity, tuvo como objetivo testear la hipótesis de que los ejercicios pueden actuar en el período conocido como “incubación del deseo”, cuando se ignoran alimentos por largos períodos hace que las ganas de consumirlos sean más grandes.

“Una parte muy importante de mantener una dieta es tener fuerza de voluntad, la capacidad de decir 'no, puedo estar deseando eso, pero voy a abstenerme'. Así, el ejercicio puede no solo ser benéfico físicamente para la pérdida de peso, sino también mentalmente para obtener control sobre estos deseos por alimentos no saludables”, dijo Travis Brown, uno de los autores del estudio.

El experimento involucró 28 ratas que, en un primer momento, pasaron por un entrenamiento con una válvula que, cuando era presionada, encendía una luz y hacía un sonido antes de dispensar una pastilla rica en gordura. Enseguida, los animales fueron divididos en dos grupos, donde ambos pasaron por un período de treinta días sin acceso a las pastillas con grasa. Sin embargo, uno fue sometido a una rutina de corridas de alta intensidad mientras el otro tuvo alteraciones en las actividades que ya ejercía.

Al final de la segunda etapa, los investigadores volvieron a ofrecer la válvula que dispensaba las pastillas con grasa para los dos grupos, pero aquellos que se ejercitaban de manera más intensa casi no buscaron la recompensa. Los científicos defienden que los resultados son replicables para los seres humanos.

Aunque la conclusión sea una novedad, Brown explica que su lógica está basada en estudios anteriores que ya habían buscado formas de revertir impulsos en el período dela “incubación del deseo”. Una rutina de actividades físicas, por ejemplo, ya fue relacionada a una disminución en la búsqueda por cocaína entre personas con el vicio que estaban en abstinencia, agrega el investigador.  

“El ejercicio es benéfico desde varias perspectivas: ayuda con las enfermedades cardíacas, la obesidad y la diabetes; también puede ayudar en la capacidad de evitar algunos de estos alimentos desadaptativos. Estamos siempre buscando esa píldora mágica de alguna manera, y el ejercicio está bien en frente nuestro con todos estos beneficios” afirma Brown.

El científico también destaca que las comidas chatarra pueden proporcionar un efecto adictivo semejante a lo de las drogas en el cerebro, y que puede ser empeorado durante una dieta en que los estos precisan ser evitados.

Ahora el equipo de investigación planea analizar los diferentes niveles de ejercicios físicos para la reducción de este tipo de deseo y entender mejor el mecanismo de actuación de esa estrategia en el cerebro.

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