BRASIL

El expresidente Fernando Henrique Cardoso y la senadora Simone Tebet anunciaron ayer su apoyo a la candidatura de Luiz Inácio Lula da Silva en el balotaje del 30 de octubre con el mandatario Jair Bolsonaro. Estos apoyos Lula los recibe el mismo día en que se conoce la primera encuesta para la segunda vuelta: Lula 51%, Bolsonaro 43%, según un sondeo de Ipec. Mañana viernes se conocerá la primera de Datafolha.

“Aunque mantenga las críticas que hice al candidato Lula da Silva (..), le depositaré mi voto, porque reconozco su compromiso con la democracia y la Constitución, algo que desconozco en el actual presidente”, dijo Tebet, senadora por el centrista Movimiento Democrático Brasileño (MDB), en una conferencia de prensa en San Pablo.

Lula ganó el domingo la primera vuelta (48% de los votos) por un margen menor al previsto en las encuestas, cinco puntos arriba de Bolsonaro (43%), escenario que dejó la disputa abierta y llevó a los candidatos a salir rápidamente a la caza de apoyos en la primera semana de campaña rumbo al balotaje.

Con 4,9 millones de votos (4%), la senadora Tebet fue una de las sorpresas de la elección y le arrebató el tercer lugar al centroizquierdista Ciro Gomes (3%), quien quedó cuarto.

“Pido disculpas a mis amigos y compañeros que imploraron por la neutralidad. Lo que está en juego es mucho mayor que cada uno de nosotros”, justificó Tebet, muy crítica de la gestión de Bolsonaro. “Las armas ocuparon el lugar de los libros”, añadió.

Tebet dijo que no podía quedar “omisa” en este momento “tan grave” de la historia de Brasil, un país “dividido por los discursos de odio, la polarización ideológica y las disputas de poder”. Durante el gobierno de Bolsonaro el país “fue abandonado en la hoguera del odio y la negación” de la pandemia de coronavirus.

No obstante, reiteró sus críticas a Lula, especialmente por llamar al voto útil en la primera vuelta “sin presentar propuestas” concretas para resolver los problemas del país.

Por ello, vinculó su apoyo a que se incluyan varias de sus propuestas, entre ellas eliminar la lista de espera en la educación infantil; acabar también con la de exámenes y cirugías atrasadas por la covid-19; y resolver los problemas de las familias más endeudadas.

También le pidió sancionar una ley de igualdad salarial entre hombres y mujeres, hoy parada en el Congreso; y, en caso de victoria, formar un gabinete “plural, con hombres, mujeres, negros, personas con deficiencia, teniendo como requisitos la competencia, la ética y la voluntad de servir”.

Antes del anuncio de Tebet, el MDB había liberado a sus militantes para optar entre Lula y Bolsonaro.

Lula, del Partido de los Trabajadores (PT), recibió también el apoyo del expresidente Fernando Henrique Cardoso.

“En esta segunda vuelta voto por una historia de lucha por la democracia e inclusión social. Voto a Luiz Inácio Lula da Silva”, anunció Cardoso, de 91 años, quien presidió Brasil entre 1995 y 2002.

“Gracias por su voto y confianza. Brasil necesita diálogo y paz”, respondió Lula al tuit de Cardoso, quien fuera su adversario por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en las elecciones de 1994 y 1998.

Ciro Gomes, que tuvo un duro discurso antilulista en la primera vuelta, dio su apoyo este martes a Lula, en línea con su partido, pero a regañadientes. “Es la última salida”, dijo.

El senador José Serra, histórico adversario del PT de Lula, también declaró su apoyo al expresidente.

Sin embargo, Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, centroderecha), que dio libertad a sus afiliados para elegir entre Lula o Bolsonaro, anunció que en las elecciones a gobernador del estado de San Pablo apoyará al bolsonarista Tarcísio Gomes de Freitas.

Bolsonaro obtuvo el apoyo del exjuez Sergio Moro, quien condenó a Lula en la megacausa Lava Jato, y renovó el respaldo de los gobernadores de los tres mayores colegios electorales del país: Rodrigo Garcia, en San Pablo; Romeu Zema, en Minas Gerais; y Cláudio Castro, en Río de Janeiro.

Lula sigue como el favorito en las elecciones de Brasil al obtener el 51% de intención de voto en la primera encuesta realizada con miras al balotaje del domingo 30.

Bolsonaro aparece con el 43% de la intención de voto, según el sondeo del Instituto Ipec, que entrevistó a 2.000 electores entre el lunes y este miércoles en 129 ciudades del país.

Teniendo en cuenta tan solo los votos válidos, es decir excluyendo los nulos y blancos como lo hacen las autoridades electorales, Lula puede obtener el 55% de los votos válidos y Bolsonaro el 45%.

Los sondeos previos a la primera vuelta subestimaron la fuerza de Bolsonaro, pues concedían una ventaja de 14 puntos a Lula.

El Ipec también midió el índice de rechazo de los candidatos y estableció que el 50% de los electores brasileños asegura que de ninguna manera votará por Bolsonaro en la segunda vuelta, porcentaje que es del 40% para Lula.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, participó en un culto con evangélicos, a los que les pidió “no dejarse llevar por los cantos de sirena” del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

“Sus respuestas son siempre vacías. ‘Voten por mí que voy a traer la felicidad’, dice. Ya tuvimos esa experiencia en el pasado, hagan comparaciones”, afirmó Bolsonaro ante decenas de feligreses presentes en un templo en San Pablo el martes.

El gobernante arrancó esta segunda fase de la campaña apelando al voto evangélico, grupo que mayoritariamente lo apoya por su defensa de los valores conservadores, como el rechazo al aborto.

En su discurso, Bolsonaro volvió a hacer alusión a los casos de corrupción destapados durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), primero con Lula (2003-2010) y después con Dilma Rousseff (2011-2016).

“Ya que él (Lula) dice que el lugar de los pastores es la iglesia y el de los militares los cuarteles; yo digo que el lugar de los bandidos es la cárcel”, expresó entre los aplausos de los feligreses.

Bolsonaro volvió a utilizar los gobiernos de Nicolás Maduro, en Venezuela; Alberto Fernández, en Argentina; Gustavo Petro, en Colombia, y Gabriel Boric, en Chile, para atacar a la izquierda y atizar el “fantasma del comunismo” en Brasil.

“Mi petición es que nuestro pueblo nunca sufra los dolores del comunismo”, reiteró.

“No aceptemos el diálogo fácil de que todo el mundo va a ser feliz de nuevo”, indicó después en otra crítica a uno de los lemas de campaña de su adversario en el balotaje.

Sobre el resultado electoral del pasado domingo, el jefe de Estado lo calificó de “un milagro” porque, a su juicio, “todos” han ido en su contra, incluidos “la prensa, los institutos de encuestas, “parte” de la cúpula judicial, e incluso “otros países” de la región.

Lula también tuvo el martes compromisos de tinte religioso al recibir a un grupo de frailes franciscanos que le bendijeron de cara a la segunda vuelta. “Lula no tiene pacto ni jamás conversó con el diablo”, afirma un mensaje publicado en las redes sociales de Lula después de que se difundieran noticias falsas en ese sentido, antes de la reunión con los franciscanos.