COPA LIBERTADORES
El aurinegro hizo méritos en el final, pero un error garrafal a la hora de defender dejó al equipo de Mauricio Larriera con las manos vacías. Cerro Porteño es el líder del grupo G.
Peñarol hizo méritos en el final, pero un error garrafal a la hora de defender lo dejó al equipo de Mauricio Larriera con las manos vacías. Cerro Porteño venció al mirasol 1-0 y tras cuatro partidos jugados sigue como único líder del Grupo G de la Copa Libertadores.
El aurinegro comenzó replegado porque sabía que los primeros minutos iban a ser del local. Y así fue porque el Ciclón salió con todo y buscó generar circuitos de fútbol por las bandas. A los 2’ Edgar Elizalde perdió una pelota por la izquierda y el local tuvo su primera aproximación al área, aunque se rehizo y entre él y Hernán Menosse lo cerraron bien a Alan Benítez. Pero eso ya hacía presagiar lo que podía venirse.
Y fue duro para Peñarol, porque el Ciclón buscaba y lo exigía, algo que le provocaba a los jugadores aurinegros un desgaste enorme. Pero de a poco el aurinegro empezó a tomar más contacto con la pelota. Empezaron a aparecer Federico Carrizo, Pablo Ceppelini e Ignacio Laquintana con escasas pinceladas de Agustín Álvarez Martínez y el equipo de Mauricio Larriera tuvo alguna llegada en la que generó peligro.
Carrizo y Laquintana fueron los protagonistas de las aproximaciones de Peñarol con un remate de afuera del área y un tiro que casi se mete en un ángulo, respectivamente, pero nada más tuvo la ofensiva de un carbonero que se dedicó más a defender que a atacar.
Todo venía relativamente bien para los de Larriera. Cerro Porteño proponía, atacaba y generaba, pero no lograba profundidad, lo cual era una buena noticia para un equipo que hizo un gran desgaste en la primera parte para defender. Pero todo se vino abajo en el cierre del primer tiempo.
En los descuentos y tras un saque de banda desde a izquierda del ataque de Cerro Porteño, la defensa volvió a fallar y Ángel Cardozo Lucena la mandó a guardar.
La historia se repitió. La noche del martes 5 de abril en Santa Fe, Colón le terminó ganando a Peñarol 2-1 con un gol que también fue tras un saque de banda y el mirasol se quedó con las manos vacías.
Esa desatención fatal le costó aquel partido en Argentina y también el de anoche en Asunción del Paraguay porque el aurinegro no tuvo reacción. En el complemento -y por más que Larriera hizo variantes y el equipo intentó mostrar otra cara- no tuvo ideas como para lastimar a un sólido Cerro Porteño.
El buen ingreso de Máximo Alonso, el fútbol de Walter Gargano y el trabajo de Lucas Viatri no fueron suficiente. El mirasol no pudo y una desatención garrafal le costó el partido.