Más uruguayos que como Bruno Fornaroli se nacionalizaron para defender a otras selecciones

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Bruno Fornaroli

INFORME

La lista incluye campeones del mundo como Mascheroni, Schiaffino y Ghiggia. Y Andriolo se consagró con Italia.

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"Ahora soy Aussie”, afirmó Bruno Fornaroli esta semana, sobre su convocatoria a la selección de Australia, gracias a su nueva ciudadanía de ese país. Inicia así un camino que, con suerte, podrá llevarlo al Mundial de Catar 2022.

El “Tuna” se suma así a la reducida lista (pero con algunos nombres muy distinguidos) de futbolistas uruguayos que defendieron al equipo nacional de otro país. Con esta camiseta, el delantero salteño ex Nacional, hoy jugador del Perth Glory, integrará el plantel de los Socceroos que jugará su clasificación a la Copa del Mundo.

Debe recordarse que Fornaroli no dejará de ser uruguayo aunque tenga pasaporte australiano. El artículo 81 de la Constitución establece que “la nacionalidad no se pierde ni aun por naturalizarse en otro país, bastando simplemente, para recuperar el ejercicio de los derechos de ciudadanía, avecinarse en la República e inscribirse en el Registro Cívico”. Pero el hecho de jugar por Australia lo deja afuera de una hipotética citación a la Selección uruguaya.

El habitual trasiego internacional de futbolistas bajo el sistema profesional determina que muchos logren su consagración en un país que no es el suyo. A veces hasta se convierten en el mejor en su puesto, lo cual representa una tentación para “nacionalizarlo”. Por eso, hubo extranjeros de nacimiento que defendieron a Uruguay y uruguayos que defendieron a otros equipos nacionales.

José Santamaría
José Santamaría, sentado, junto a Juan López y Obdulio Varela

Sin embargo, el primer caso de un oriental jugando por otro país ocurrió en el período amateur, cuando Horacio Vignoles defendió a Argentina justamente contra Uruguay en 1913. Fue el único encuentro internacional del delantero del Belgrano Athletic porteño. Por esa misma época, Ángel Romano fue llamado a usar la albiceleste cuando actuaba en Boca Juniors, pero no lo hizo ante seleccionados.

En ese momento, el concepto de equipo nacional era mucho más difuso que en el presente y tampoco existían reglamentaciones que limitaran esas convocatorias. Romano fue multicampeón con la Celeste, por supuesto.

No hubo más uruguayos que jugaran por Argentina, pese a la cercanía y al elevado número de compatriotas residentes en aquel país. En la década de 1970 en Buenos Aires se habló de llamar a Ricardo Pavoni, figura de Independiente, pero al final la AUF lo citó para la Minicopa 1972 y pasó a ser el primer “repatriado” de los tiempos modernos. Más cerca en el tiempo se especuló con convocatorias a Carlos Sánchez y Santiago Silva, que no se concretaron e incluso Sánchez fue a Rusia 2018 con la Celeste.

El compatriota que llegó más lejos con esto de cambiar pasaporte fue Miguel Andriolo (a veces su apellido se escribe Andreolo), quien apenas un año después de haber sido internacional celeste por sus actuaciones en Nacional fue campeón mundial con Italia en Francia 1938. Esto fue posible gracias a una permisiva (e interesada) legislación, que contaba como suyos a los descendientes de italianos. Andriolo, con inicios en Nacional, jugaba entonces en el Bologna.

Tab Ramos
Tab Ramos

Este sistema determinó que numerosos sudamericanos de ancestros italianos defendieran a la Azzurra. Entre los uruguayos, el campeón mundial de 1930 Ernesto Mascheroni, así como Ricardo Faccio, Rafael Sansone, Francisco Fedullo, Roberto Porta, Héctor Sena Puricelli, Francisco Frione, Manuel Figliola y Ulises Uslenghi.

Años más tarde lo hicieron dos campeones de Maracaná, Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia, que llegaron a disputar las eliminatorias para el Mundial de 1958, aunque Italia no se clasificó.

También los españoles aprovecharon esa flexibilidad de las normas, lo que permitió que José Emilio Santamaría jugara dos mundiales, el de 1954 por Uruguay y el de 1962 por España. Y, como Andriolo, fue citado a su nueva selección apenas llegado a su club europeo, en su caso Real Madrid. Pero su caso presenta una singularidad: fue además el técnico de España en su Copa del Mundo (1982). Algunos años antes, la Asociación Uruguaya había pensado en él para encabezar un proceso con vistas a este torneo, aunque finalmente la idea no caminó y la Celeste ni siquiera se clasificó.

Posteriormente, la FIFA cambió su postura sobre los “nacionalizados” para evitar abusos y estableció que un futbolista que hubiera defendido a una selección no podría hacerlo por otra después. Además, estableció plazos mínimos de residencia, pues en algunos países la ciudadanía puede otorgarse en procesos muy abreviados. Así, los casos de nativos extranjeros en otras selecciones se volvieran más raros, pero no desaparecieron.

Siempre con uruguayos, un caso muy notorio fue el de Fernando Clavijo y Tabaré “Tab” Ramos, que disputaron el Mundial de Estados Unidos 1994 por el equipo anfitrión. Y hay más.

El arquero Luis De Agustini, un trotamundos del fútbol, defendió a Libia en eliminatorias mundialistas y la Copa Africana en 2006.

Por El Salvador jugaron Albert Fay y Adrián La CruzJulio Balerio defendió el arco de Perú en eliminatorias, incluso ante Uruguay, en la década de 1990.

Otro caso importante de uruguayos nacionalizados es el de Sebastián Soria quien no solo defendió a la selección de Catar, también se transformó en el máximo anotador de la misma y lo sigue siendo.

Paolo Suárez, hermano de Luis, se nacionalizó salvadoreño en 2011 y todo apuntaba a que sería convocado al seleccionado local, pero problemas reglamentarios derivados de su residencia (no cumplía con lo establecido por la FIFA) hicieron fracasar el plan.

Luis De Agustini
Luis De Agustini

Gabriel Costa jugó cinco partidos por Perú en 2021, cuando se destacaba en Colo Colo de Chile, luego de haber defendido a Alianza Lima y Sporting Cristal. Mauro Guevgueozian defendió en un par de amistosos a la selección de Armenia

Luego también está el caso de Diego Abreu, nacido en la ciudad de México cuando su padre Sebastián estaba en el América, que hasta el momento defendió tanto a la selección azteca como a Uruguay en selecciones juveniles, aunque a nivel de mayores deberá decidirse por una.

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