EL FÚTBOL Y YO
El actor, humorista y conductor tiene una particular predilección por la generación de 1988 que salió campeona de América y del Mundo, por el "Chino" Recoba, Ruben Sosa y el "Morro" García.
Gritó el gol del tiro libre del "Chino" Recoba con pasión desmedida, le encantaba ver jugar a Ruben Sosa, por la alegría con la que actuaba en la cancha. Inmortaliza a la generación de 1988 por los títulos conseguidos. Maximiliano De la Cruz, el actor, humorista y conductor, jamás se separa de Nacional. Ni siquiera en momentos en los que tiene que enfrentar al público desde arriba de un escenario.
-¿Qué te hizo hincha de Nacional?
-Mi viejo y los amigos de mi viejo, que son como parte de la familia, son enfermos de Nacional. Mi papá es hincha de Nacional, porque según me contó él, cuando llegó a Uruguay, siendo hincha de Boca, la gente con la que se juntó le dijo “vos sos de Nacional”. Y ahí arrancó.
-¿Lo arrastraron al Bolso?
-Sí, fue medio así. Los dos somos hinchas de Nacional y de Boca, pese a que algunos asocian más a Nacional con River y Boca con Peñarol.
-¿Tu padre te llevaba al Estadio Centenario a ver los partidos de Nacional?
-Sí, tengo recuerdos de ir con papá a Nacional, aunque los recuerdos más frescos son los de ir solo o con amigos. De pibe iba con mi viejo, pero después me juntaba con tres o cuatro amigos del barrio. Siempre los domingos salía ir al fútbol, nos juntábamos en el barrio y nos íbamos a ver a Nacional.
-¿Eras de ir al fútbol identificado como hincha de Nacional?
-Sí, con camiseta iba. Banderas tengo, pero no recuerdo haber llevado la bandera conmigo. Yo arrancaba para la Ámsterdam y si no metía Olímpica.
-¿Ahí en la Olímpica hacías el habitual recorrido de seguir al ataque de tu equipo?
-Te ibas arrimando para el lado del ataque. Aunque a veces me volcaba mucho para el lado de la hinchada, para estar más cerca del ruido (risas). Alguna vez fui a la América, pero empecé a hacerlo cuando me podía colar o conseguía entradas de garrón (risas), porque ya era más caro.
-Cuando hacés teatro en Argentina, ¿tenés algún amuleto o algún distintivo de Nacional? En Argentina, ¿estás pendiente de la vida de Nacional?
-Yo siempre estoy pendiente de Nacional. Sigo todo. Es más, con la filial de Nacional en Buenos Aires tengo buena onda, he visto partidos que se transmitían por televisión junto con ellos. También te cuento que un partido River Plate-Nacional la entrada se la compré a ellos. En el teatro tengo un banderín de la filial tricolor y otro de Nacional siempre conmigo en el camarín. Pah, me acordé que tengo una anécdota bárbara.
-¿Cuál es?
-En una obra de teatro que yo estaba todo el tiempo en escena, pero al costado del escenario porque era como un técnico que operaba las luces y el sonido, me las ingenié para estar pendiente de Nacional. Mirá que se me veía todo el tiempo, porque estaba hacia un costado pero nunca oculto. Entonces, acá viene lo insólito: lo que hice fue usar al celular y los auriculares. Con una oreja escuchaba la obra mientras miraba el partido entero de Nacional en plena función. No se me veía el celular porque lo tapaba con una computadora. Tenía todo camuflado perfectamente, pero mis compañeros de reparto se percataban que algo raro había porque me miraban cada tanto y veían que yo no estaba cien por ciento atento. La verdad es que era una locura, pero nadie me descubrió. Y nunca se lo dije a nadie. Si me llegaban a descubrir qué lío se me armaba. Pero bueno, valía la pena estar pendiente del partido (risas).
-¿Cantabas las canciones de la hinchada?
-Obvio, era de cantar. No era un fanático así que me sabía las últimas canciones, pero sí me gusta eso de acompañar con los cánticos.
"Recuerdo muchísimo el primer partido de Ruben Sosa en Nacional. Me quedó grabado por la alegría que tenía, por la alegría con la que jugaba”.
-¿Qué partidos te quedaron grabados en la memoria?
-De estar en la cancha recuerdo mucho la final de la Copa Libertadores contra Newell's, recuerdo muchísimo a Ruben Sosa cuando tuvo su primer partido y me quedó grabado por la alegría que tenía, por la alegría con la que jugaba. Además que la rompía tenía una libertad increíble. Estaba en la América y lo vi salir a la cancha muy feliz. Recuerdo mucho también la época en la que jugaba Alejandro Lembo, porque soy amigo, y verlo en acción era emocionante. Ahí iba solo a ver a Nacional.
-¿Cómo era eso de ir sin acompañante?
-Es lindo también porque te abrazás enseguida con la gente que no conocés. Esa experiencia de estar solo pero sin estarlo, porque te lo da el fútbol. Rescato eso porque quizás estás viendo el partido sin hablar con nadie y de repente te abrazás con todos lo que están a tu alrededor. Es maravilloso eso del fútbol.
“En el tiro libre del ‘Chino’ Recoba no me importaba nada. Enloquecí a mis vecinos”
-¿Cuál fue el gol que terminaste gritando con muchas ganas?
-El tiro libre del “Chino” (Álvaro Recoba), en el famoso clásico de los descuentos, nos marcó un montón. Más a mí que estaba en Buenos Aires y lo estaba siguiendo por internet, porque allá no pasan los partidos.
-¿Y cómo hiciste?
-Para poder verlo tenía dos computadoras conectadas, lo buscaba por todos lados y haciendo malabares justo agarré ese gol. No sabés lo que fue. Estaba solo en mi casa y empecé a gritar. Era en Argentina y yo gritaba un gol clásico de Nacional en la hora y no me importaba nada. A mis vecinos los enloquecí. No tenía a nadie con quien abrazarme, pero igual lo disfruté como loco.
“Tengo a la generación de 1988 con Nacional campeón de América y del Mundo muy arriba. La viví y disfruté mucho esa época. Ahí tenía 12 años y me marcó muchísimo ese equipo”.
-¿Tus ídolos tricolores quiénes son?
-Tengo a la generación del 1988 con Nacional campeón de América y del Mundo muy arriba. La viví y disfruté mucho es época. Ahí yo tenia 12 años y me marcó muchísimo ese equipo. Si tengo que elegir ahí están Hugo De León, Jorge Seré, “Pinocho” Vargas. Pero más para acá el “Chino” (Recoba), Luis Suárez, pero quizás más por la Selección porque en Nacional realmente no pudimos disfrutarlo demasiado. Y también el “Morro” García por las ganas que le ponía y cómo defendía la camiseta. El “Morro” te demostraba que la camiseta la sentía.
-¿Te impactó el triste final de su vida?
-Sí, totalmente. Una lástima y una realidad que a muchos nos sirve como para darte cuenta lo que sufre el jugador de fútbol. Es tanta la pasión por el fútbol que no te deja ver que hay un ser humano, que tiene una vida como todo el mundo y a veces uno va a la cancha a liberarse de todos los problemas, con el gol gritás, te sacás la bronca, pero a los jugadores le pasa todo eso y tienen sus problemas. Fue fuerte. Y también me parece que se vivió en ese momento pero no sé si se hace algo más por los jugadores. No estoy muy pendiente, pero creo que no hubo un antes y un después tras su fallecimiento.
-Estando en Buenos Aires, ¿fuiste a ver algún partido que el tricolor jugó allí?
-Sí, creo que fui a ver un Nacional-River. Al estar trabajando en el teatro como que los horarios muchas veces se me pisaron, pero tengo el recuerdo de haber ido al Monumental para ver un partido con River que perdimos. Creo que fue la única vez que estuve presente.
-¿La locura del teatro (ver nota adjunta) fue la más grande que hiciste por Nacional?
-Y sí, eso fue lo más loco. Después también hubo alguna promesa.
-¿La promesa cuál fue?
-No fue tan loca. Fue en el 88 y era caminar una cuadra de rodillas. Pero era la baldosa cuadriculada, sabes cómo dolía.
-¿Al fútbol argentino también le prestás atención?
-Sí, también. Estoy pendiente de eso. Trato de ver partidos. De Boca y también de otros equipos.
Lo que haría si fuese presidente
“Si fuese presidente de Nacional me traigo a Luis Suárez y a Edinson Cavani, obviamente. Me hago un ataque imbancable. Ah, si me dan carta libre traería de vuelta al ‘Diente’ López, me gustaría verlo otra vez en Nacional. Y, ya que estamos, te digo que no sé cómo no está en la Selección”.
-Cuando jugabas al fútbol de gurí, ¿quién eras?
-En la calle era Diego Maradona. Yo tenía 10 años cuando Argentina salió campeona del Mundo y Maradona explotó en esa Copa del Mundo. Después, te cuento, yo jugaba en Exploradores Artigas, que tiene los colores de Nacional, y como era medio rubiecito cuando era chiquito el padre de Pedro, uno de los compañeros míos que era un jugadorazo, me decía Rummenigge. Yo miraba la escuelita del fútbol alemán que pasaba Canal 5 y trataba de aplicar todo... Imaginate, trataba de hacer algo en lugares donde la pelota ya no picaba como sí lo hacía en la escuelita del fútbol alemán.
-¿Hoy despuntás el vicio del fútbol?
-Sí, en Argentina hace 10 años que juego en campeonato de fútbol once. Y yo de cábala uso las medias de Nacional y siempre voy con la campera de Nacional. Me ven y me dicen ‘Ah, Nacional, Uruguay’. Soy el “uru” y les hago toda la película como que me vendieron de un cuadro al otro.
-¿Y de qué jugás en ese equipo?
-Soy el 9. Soy Luis Suárez (risas).
-¿El sueño frustrado es no haber sido futbolista profesional de Nacional?
-Sí, totalmente. Llegué hasta Central Español, un ratito. Después no seguí, pero es mi sueño frustrado a morir. Por eso ahora sigo con el fútbol amateur. Hasta juego en Punta del Este con los veteranos de Ituzaingó. Ya estoy para los seniors pero me gusta mucho el fútbol.