EN AVELLANEDA
La derrota 3-1 ante Independiente significó no haber ganado otro partido que el equipo debía ganar, en este caso porque jugó muy bien pero no concretó.
Montevideo City Torque juega bien; por momentos muy bien y sigue en su curva de crecimiento. Pablo Marini tiene un estilo y tanto él como sus futbolistas lo respetan a rajatabla, aunque cueste algún tropezón como en esta ocasión. Sin embargo, hay una materia pendiente que el equipo celeste sigue teniendo: ganar los partidos que debe ganar.
Ya lejos en el tiempo (2018) quedaron aquellos dos juegos en los que venció a Peñarol, aunque de poco le sirvieron porque terminó perdiendo la categoría. Volvió a Primera e hizo una gran campaña, terminando tercero en los tres torneos cortos (Apertura, Intermedio y Clausura), pero no definió ninguno de ellos porque perdió los juegos clave, esos en los que enfrentaba a los rivales directos o cuando ante el traspié de alguno de ellos debía vencer al rival de turno. Pareció que el triunfo a Fénix que le permitió acceder a la fase de grupos de la Copa Sudamericana había servido para romper el maleficio, pero en realidad terminó siendo la excepción a la regla, porque luego no pudo en casa con Bahía (1-1) y ahora cayó 3-1 con Independiente.
Está claro que no se le puede reprochar nada por esta derrota en Avellaneda. Es más, solo cabe aplaudir la postura del equipo, porque a Marini no le importó que visitaba a un grande del continente que, además, venía de vencer 3-1 en casa de Guabirá. El técnico apostó al 4-3-3 habitual (con algún retoque en nombres y funciones) y le plantó cara al Rojo, al que hizo correr detrás de la pelota todo el primer tiempo.
El problema es que volvió a fallar, porque en esta Sudamericana en la que solo avanza a octavos de final el primero del grupo tenía que sacar un buen resultado ante el candidato a obtener ese lugar y no lo hizo. En todo caso lo reprochable es que lo superó ampliamente durante 60 minutos, estuvo arriba en el marcador, tuvo para marcarle dos o tres goles y no lo hizo. Y ante un grande eso se paga.
Independiente reaccionó a tiempo, su técnico puso los cambios que el partido pedía, aprovechó que luego del ritmo impuesto en el primer tiempo MC Torque se quedó sin aire y remontó el marcador entre el minuto 63 y el 71, para alcanzar un tercer gol totalmente inmerecido a los 90’ y en contra.
Fue solo el primer partido de los Ciudadanos afuera de Uruguay, por lo cual tampoco es para hacer un escándalo. Al contrario, hay que mirar el vaso medio lleno y decir que MC Torque tuvo la personalidad y audacia para jugar de igual a igual en rodeo ajeno y ante un grande.
Esta vez no le alcanzó, pero ya habrá otras para aprobar esa materia pendiente de ganar los partidos que se deben ganar.
Las razones de la derrota de MC Torque
Si uno mira el resultado del partido se puede confundir, porque marca un 3-1 de Independiente sobre Montevideo City Torque que no refleja lo ocurrido. Pero sobre todo no muestra lo bien que planificó el partido Pablo Marini, quien volvió a utilizar la fórmula del doble lateral en la derecha con Agustín Peña y Franco Pizzichillo y lo extendió a la izquierda bajando a José Álvarez a marcar la punta y dándole ingreso a Darío Pereira.
El trabajo de los relevos y la ocupación de espacios en MC Torque funciona a la perfección y eso habla de la automatización que ha dado los años de trabajo en conjunto del equipo. Entonces, si el técnico planificó muy bien el partido, ¿por qué perdió? Hubo un par de factores, pero antes de atacarlos, hablemos de un punto flaco: la cantidad de pelotas que perdió en la salida Peña, a lo que se debe añadir que no tuvo un buen primer tiempo en marca. Mejoró en el segundo, pero insólitamente cuando él subió su nivel, lo bajó el equipo y llegaron los tres goles recibidos.
Y ahora sí, vayamos a qué propició la derrota. El técnico no tuvo que ver, sino que el equipo se quedó sin aire, sobre todo en la mitad de la cancha. Santiago Rodríguez fue la gran figura de MC Torque, apoyado por el despliegue de Marcelo Allende, pero ambos debieron ser reemplazados al estar extenuados. Luego ocurrió el error de Fiermarín en la salida que propició el primer gol, lo que fue un golpe anímico del que el equipo no se pudo recuperar.
A eso se debe sumar el acierto de Falcioni (técnico rival) y la efectividad de los delanteros de Independiente. Y ahí está el cóctel de la derrota.