Ninguno estuvo a la altura de Peñarol

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Enrique Arrillaga. Foto: Estefanía Leal.

EN EL ÁREA

Enrique Arrillaga. Foto: Estefanía Leal.

Peñarol cerró un 2022 que quedará en el peor de los recuerdos para el hincha, para los dirigentes, el cuerpo técnico y también los jugadores.

Y como suele suceder al final de cada temporada, hay que pasar raya y analizar lo que hizo el club para sumergirse en una debacle deportiva.

Si bien hubo aspectos buenos en 2022, estos están al margen de lo deportivo más allá de que en el futuro tendrán incidencia porque Ignacio Ruglio buscó darle orden a la economía del club, se está remodelando Las Acacias, se empezó a construir la Ciudad Deportiva y la Casita de los Juveniles.

Pero en lo estrictamente deportivo, Peñarol falló. Falló a la hora de contratar y armar el plantel para afrontar la temporada. El equipo falló en partidos determinantes y no logró ni uno de sus objetivos. Para peor, quedó eliminado de la Copa AUF Uruguay ante La Luz.

Mauricio Larriera y Leonardo Ramos fueron los entrenadores y con más errores que aciertos, hoy son de los más apuntados, pero no siempre la culpa es del técnico.

Los culpables también son los encargados de contratar futbolistas. Y ojo, se puede fallar en un jugador, pero en 2022 el mirasol no tuvo ni una sola figura desnivelante.

Las fallas estuvieron en todos los estamentos, desde los más altos hasta los más bajos. Peñarol debe replantearse ya muchas cosas porque nadie estuvo a la altura de la historia del club y los resultados lo dejan más que claro.

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