COPA DEL MUNDO
El técnico Gareth Southgate estudia la mejor forma de ejecutarlos desde hace años, pero no hay caso...
Ya quedó en la historia: el capitán de Inglaterra Harry Kane falló el penal que pudo haber llevado a su equipo al alargue frente a Francia el sábado. Justo un rato luego de haber convertido un penal tras impecable ejecución. Eso le costó la eliminación a su equipo. La resolución de la jugada actualiza el trauma de los penales para la selección inglesa y también su técnico, Gareth Southgate.
Cuando era futbolista, Southgate erró un lanzamiento que pudo haber llevado a Inglaterra a la final de la Eurocopa 1996. Eso lo llevó a realizar profundos estudios sobre la ciencia de rematar penales, si es que existe esa ciencia.
A su pedido, la federación inglesa contrató expertos como el economista español Ignacio Palacios-Huerta, que ha analizado miles de lanzamientos y ha asesorado a clubes y selecciones de todo el mundo. También trabajaron con psicólogos cómo ejecutar cada paso antes del lanzamiento, desde quién le da la pelota al tirador hasta qué hacer cuando pita el árbitro, cuánto esperar y cómo respirar. Sin embargo, Inglaterra perdió por penales la final de la Eurocopa 2021 en Wembley ante Italia. Y eso que tiraron los jugadores con mejores números en este tipo de definiciones...
Cuando Kane iba a rematar la segunda pena máxima del sábado, acreditaba un acierto del 86,9%, cuando la media general es del 76%. Entre el Tottenham y la selección inglesa, y sin contar las tandas de desempate, había tirado 61 veces desde los once metros, y había acertado en 53. Pero esta vez falló.
Era la mejor idea, pero también era la peor idea que rematara dos veces seguidas, y sobre todo que lo hiciera a Hugo Lloris, compañero en el Tottenham. Y Gareth Southgate lo sabía.
Kane y Lloris juegan juntos desde hace diez años e incluso son grandes amigos. Si hay un arquero que conoce cómo remata Kane, es justamente el francés. Se ha afirmado que si un penal cualquiera ya es una pequeña guerra mental azuzada por los datos que reciben los futbolistas, un lanzamiento entre dos conocidos bordea la tortura: cada uno sabe lo que el otro conoce y hasta puede anticipar lo que el otro está pensando. (En base a El País de Madrid).