ASUNCIÓN
El actual entrenador del 12 de Octubre de Paraguay le abrió las puertas de su casa a Ovación en Asunción y habló de todo en la previa de un duelo histórico.
El hincha de Olimpia solo tiene palabras de elogios para él. El de Peñarol lo recuerda con mucho cariño porque tras su llegada al mirasol se cortó una racha de siete años sin títulos en el Campeonato Uruguayo. Sergio Orteman dejó su huella en varios clubes como futbolista, pero hoy ya tiene sobre ruedas su carrera como entrenador y disfruta del desafío de dirigir al 12 de Octubre.
El fin de semana fue elegido, según Tigo Sports, como el técnico de la etapa del Torneo Apertura de Paraguay luego de la victoria de su equipo 2-0 frente a Tacuary que significó el segundo triunfo en este certamen.
Surgido en Central Español, oriundo del barrio Flor de Maroñas y dueño de una pierna derecha que le supo dar muchas alegrías, el uruguayo se instaló en Paraguay y no se replanteó volver a vivir a Uruguay. Pero no fue por capricho. “En Paraguay encontré la paz y la tranquilidad que en mi país no tuve. Puedo salir a caminar, ir a una plaza y no pasa nada. En Uruguay desde hace 20 años no se puede ir a la Rambla a caminar con tus hijos o tu familia y todos sabemos por qué. Es algo normal que alguien se fume un cigarro, pero al lado tenés otro fumando marihuana o pasta base. Te roban. Y no me lo contaron. Lamentablemente lo viví. Las dos veces que jugué en Peñarol fui a la Rambla a andar en bicicleta y no se podía estar tranquilo. También me asaltaron chicos de 14 años con dos 38 milímetros en la cabeza para robarme el auto en plena luz del día. Son cosas que las había visto de chico, pero ya siendo grande, con familia e hijos, la seguridad es clave y en Asunción la encontré. Además, Paraguay es un país que te ofrece muchas opciones para poder trabajar, facilidades económicas y podés hacer muchas cosas acá”, le contó Sergio Orteman a Ovación.
El uruguayo que está al frente del 12 de Octubre de la ciudad de Itaguá dejó su huella en Olimpia, club al que dirigió en 2021 pero en el que supo brillar como jugador: “Me abrió las puertas del profesionalismo. Me sacó de ser casi un jugador amateur porque fijate que yo venía de jugar muchísimos años en Central Español en la B y solo seis meses en Primera División. No me había terminado de formar como jugador y la exigencia era gigantesca. Yo llegué a Olimpia y había cinco, seis campeones de la Copa Libertadores de 1990. Yo pensaba que podía estar a la altura de ellos y me costó un tiempo acostumbrarme y adaptarme a jugar con esa clase de futbolistas”.
Pero no hubo un proceso largo de adaptación porque al poco tiempo, el volante se convirtió en pieza clave del equipo paraguayo: “Se van dando los momentos, el técnico te da confianza, vos confiás en tus condiciones y la verdad que llegamos con Rodrigo López en 2002 y salió todo redondo porque ni en mis sueños imaginaba salir de Central Español y llegar a Olimpia, un grande de América con otras responsabilidades. Pasaron a ser otras las exigencias y me costó, pero pude afianzarme y al empezar a jugar fueron saliendo las cosas. Pasé de jugar en la B de Uruguay y luego seis meses en Primera a hacerlo en Olimpia, llegar a una final de la Copa Libertadores, ganarla, ser campeón y que me eligieran mejor jugador. Si lo planificás así es mentira. No te sale tan bien (risas)”, recordó Orteman.
Sergio es ídolo en Olimpia, que esta noche será rival de Peñarol, club en el que también tiene su historia, aunque un poco más corta. “Era un sueño llegar al club, pero no ese sueño que terminé cumpliendo. En 2009 me pidió Julio Ribas y cuando pude irme a Uruguay a él lo sacaron. Quedó Víctor Púa. No fue un buen semestre ese. Estaba todo mal. No salían las cosas. Peñarol desde 2003 no ganaba el Uruguayo y en ese Torneo Apertura 2009 terminamos mal, nos pasaron por arriba en el clásico y sabíamos que teníamos que revertir la situación. Llegó Diego Aguirre. Me dijo ‘vos te quedás’. Ahí empezamos ya en diciembre a entrenar solos con el Tony Pacheco, Diego Alonso, Darío Rodríguez, Guille Rodríguez y alguno más porque estábamos mentalizados en que había que dar vuelta eso. Me acuerdo que el primer amistoso con Fénix lo perdimos mal en Los Aromos, pero después empezó el torneo y arrancamos a ganar, al equipo le sobraba física y futbolísticamente y cuando quisimos los teníamos a todos allá abajo y mirábamos desde arriba. Fue increíble. Ganamos la Anual después de ir 10 puntos abajo y salió todo redondo”.
Pero hay algo que lo marcó a Orteman: la hinchada. “Me lo habían contado, pero no lo había vivido. Yo que soy de Flor de Maroñas, salir de Los Aromos y pasar por todos los barrios hasta llegar al Centenario fue algo que jamás imaginé ver. No creía que fuera de esa manera. Toda la gente alentando, el equipo campeón, ganándole las finales a Nacional. Fue uno de los recuerdos más lindos que me dejó el fútbol como jugador”.
El uruguayo hoy mira el fútbol con un perfil más analítico. Se lo exige su faceta de entrenador y es por eso que no toma partido de cara al choque entre Olimpia y Peñarol: “Siempre tengo amigos en los dos lados, pero hoy los veo como aficionado al fútbol. Si juegan por separado, quiero que ganen los dos, pero en un partido así me saco eso de ser hincha. Lo voy a mirar nomás porque siempre los sigo a los dos equipos”.
Respecto a cómo espera que sea el encuentro que se jugará desde las 21:00 en el Defensores del Chaco, Sergio Orteman dijo que “va a ser duro para los dos porque además están en un grupo que a mi gusto es el más parejo de la copa. Cerro Porteño es el que viene teniendo mejor funcionamiento, pero después el que gane de visitante saca ventaja. Pero podés pensar en octavos o cuartos, porque hoy en día en la Libertadores es difícil. Yo la gané con Olimpia en 2002 y Boca en 2007 pero actualmente los equipos paraguayos y los uruguayos no le pueden hacer frente a las inversiones que hacen los clubes de Brasil y Argentina. Está difícil, se agranda la brecha y las diferencias están cada vez más marcadas”.
“En 2012 ya veía que Diego Alonso no tenía techo”
Sergio Orteman compartió plantel con Diego Alonso como jugador, pero también lo tuvo al Tornado como entrenador en Guaraní de Paraguay y según le contó a Ovación, quedó sorprendido: “Lo pasé de tener de compañero a técnico y me abrió mucho la cabeza en el cómo entrenar, de lo que había que hacer adentro de la cancha y yo ya con 30 y pico de años. Cosas que no me había dicho ningún entrenador”.
Sergio agregó que “me había pasado algo similar con Marcelino Pérez en Racing de Santander y después nunca más hasta que lo tuve a Diego. Es muy específico de lo que hay que hacer y la manera de entrenar. En 2012 ya veía que Diego no tenía techo. Si bien estuvo en varios clubes y en algunos no le fue tan bien, él siguió creciendo, convencido de lo que quería hacer. Hoy está en un lugar en el que se veía que iba a llegar en algún momento. No tengo dudas de que va a llegar más arriba por lo que trabaja, por lo que transmite y por cómo se prepara. Es un apasionado”.
Respecto al trabajo del Tornado, Orteman destacó que “Diego absorbió todas las herramientas nuevas y me sorprendió la forma de jugar que proponía, cómo pararse en la cancha, lo específico de cada trabajo: cómo hacerlo, cuándo y por qué. No pasa seguido eso. Hoy el agarró un plantel muy rico, un grupo humano de buenos jugadores que venía teniendo algún tropezón. No venían saliendo las cosas y Diego bajó un cable a tierra que no es mejor ni peor, es diferente. Hay referentes y chicos jóvenes que se fueron sumando a todo el proceso que armó Tabárez y hoy la selección es competitiva”.