Servicios de salud laboral se extienden a empresas con entre 50 y 150 empleados

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SALUD

A partir de mayo las organizaciones deben implementar los Servicios de Prevención y Salud en el Trabajo; desde noviembre deberán hacerlo aquellas con más de 5 empleados.

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"Pasamos un tercio de nuestras vidas en el trabajo y, por tanto, vaya si estamos expuestos a una innumerable cantidad de riesgos o potenciales peligros desde el punto de vista laboral”, señaló el doctor Andrés Álvarez, especialista en Medicina Preventiva y Laboral.

Este es un importante punto a tener en cuenta dado que desde este domingo rige en Uruguay el decreto por el cual todas las empresas que tienen entre 50 y 150 empleados están obligadas a implementar los Servicios de Prevención y Salud en el Trabajo. Esto es algo que ya estaba en vigor para empresas de más de 150 funcionarios.

Estos servicios buscan “establecer y conservar un medio ambiente de trabajo seguro y sano que favorezca una salud física y mental óptima en relación con el trabajo” y “la adaptación del trabajo a las capacidades de los trabajadores, habida cuenta de su estado de salud física y mental” (decreto 127/14 que se desprende de la Ley 15.965).

“Lo que hace este decreto es identificar y evaluar los riesgos que pueden afectar a la salud en el lugar de trabajo y asesora sobre la planificación y organización del trabajo según las necesidades de cada empresa. Se busca evitar accidentes de trabajo y enfermedades profesionales”, explicó Álvarez en diálogo con El País.

Los hombres jóvenes son los que más se accidentan

“El monitor del Banco de Seguros del Estado indica que en los últimos años en Uruguay ha ocurrido un promedio de 30 mil accidentes laborales por año”, indicó el doctor Álvarez. Dentro de ellos, las principales causas son el esfuerzo físico excesivo, los choques contra objetos y las caídas de determinadas alturas.

“Esto afecta predominantemente a hombres de entre 25 y 34 años porque son jóvenes, con menor experiencia. La mitad ocurre en Montevideo. Lo interesante es que un 70% de estos accidentes están amparados por la Ley 16.074, que los contempla como afecciones laborales. El otro 30% puede ir por parte de la informalidad de determinados trabajos, porque no negociaron en tiempo y forma o por caso omiso de las empresas”, detalló.

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Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo

La Organización Internacional del Trabajo lo fijó el 28 de abril. El lema 2022 fue: “Fomentar un diálogo positivo para construir sistemas de salud y seguridad”.

Aplicación.

Para llevar adelante este decreto se debe recurrir a un equipo multidisciplinario, que puede formar parte de la empresa o ser contratado externamente.

“El equipo está conformado básicamente por médicos especialistas en salud ocupacional y técnicos prevencionistas preparados para cuidar nuestra salud, nuestro bienestar laboral y también darle a los empleadores una mayor productividad desde el punto de vista del rubro del que se ocupa la empresa”, detalló.

Según el especialista es importante que los mismos actores que trabajan en las empresas junto con la alta dirección de las mismas integren la gestión de salud y seguridad en el trabajo.

El médico ocupacional es una especialidad médica, tal como lo es la cardiología o la dermatología, por nombrar dos ejemplos.

“Es una especialidad de formación académica de la Universidad de la República en la cual el médico adquiere los conocimientos, las herramientas y las prácticas para poder reconocer en los trabajadores aquellos elementos que pueden llegar a afectar su salud en el ámbito laboral”, indicó el experto.

El médico trabaja en un consultorio, es decir que debe disponer de un espacio dentro de la empresa para poder realizar la historia clínica laboral y el examen físico, así como tomar las medidas antropométricas necesarias para poder tener un conocimiento cabal del trabajador.

Lo acompaña el técnico prevencionista, cuya labor consiste básicamente en elaborar un mapa de riesgos de cada puesto de trabajo y diseñar estrategias para proteger la salud y la seguridad del trabajador. Eso va desde evaluar los riesgos ergonómicos, eléctricos, lumínicos o auditivos del lugar, hasta diseñar los planes de evacuación y de emergencia de una empresa.

“Todo trabajador tiene que ser valorado por un médico de salud ocupacional al menos una vez para poder construir su historia clínica laboral para que los profesionales en salud y seguridad puedan construir el plan de vigilancia”, explicó Álvarez.

¿Qué es el plan de vigilancia? “Es como una fotografía de la empresa en cuanto a las características poblacionales dentro de la organización. Por ejemplo, un 30% son obesos, un 20% fuma, un 10% están afectados por patologías músculo esqueléticas”, apuntó el especialista.

Conociendo esos datos es que el equipo multidisciplinario, con participación del personal y la dirigencia de la empresa, elaborará “un plan, un traje a medida, como si fuera un sastre”, según Álvarez, de acuerdo a los riesgos propios de cada organización.

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“Una empresa química no tiene los mismos riesgos que una embotelladora o un trabajo administrativo”, acotó el médico.

Además, si un trabajador se ve afectado por alguna situación sanitaria puntual será el médico en salud ocupacional el encargado de valorar cómo realizar su readecuación. “Por ejemplo, si alguien se traumatiza una mano y trabaja en una embotelladora, probablemente no pueda manipular una botella y deba ser derivado a una tarea administrativa que implique menos riesgos”, señaló Álvarez.

A partir de noviembre el decreto que entró a regir este mes se va a extender a organizaciones con entre cinco y 50 empleados. ¿Qué va a suceder entonces con aquellos lugares chicos como peluquerías o panaderías que tienen menos funcionarios?

“Esto tiene un costo, por eso lo importante de contar con alianzas estratégicas dentro de las organizaciones como, por ejemplo, el Centro de Industriales Panaderos del Uruguay, CAMBADU u organizaciones que reúnen a pequeños comercios, para poder realizar acciones conjuntas y aplicar la norma de forma que impacte menos en la economía del pequeño productor o empresario. Eso será un nuevo desafío”, concluyó el especialista sobre lo que habrá que pensar a partir de noviembre próximo.

Pandemia trajo más teletrabajo y problemas psicológicos

Si hay algo que la pandemia cambió en estos últimos dos años fue el paradigma laboral. El teletrabajo pasó de ser una modalidad propia de algunas áreas a extenderse a la gran mayoría de los lugares de trabajo que podían instrumentarlo. Eso marcó también que la normativa tuviera que adaptarse, algo que aún está en proceso.

“El hogar pasó a ser un lugar de trabajo más, que también está expuesto a determinados riesgos. En ese caso los técnicos prevencionistas deben elaborar algunos planes para que puedan ser adecuados al domicilio y se realicen las consejerías adecuadas sobre qué sillas utilizar, la altura del escritorio o la iluminación”, señaló el médico ocupacional Andrés Álvarez sobre esta nueva realidad.

Otro aspecto derivado de la pandemia fue sus repercusiones psicosociales, “sobre todo por situaciones propias del confinamiento, de depresión, angustia, intranquilidad por las condiciones laborales, envíos al seguro de paro. Algunas eran preexistentes, pero también pudieron haber sido potenciadas por la pandemia”, acotó el especialista.

El servicio del SEMM que dirige Álvarez, por ejemplo, tiene un equipo de psicología laboral. “Fue un servicio de alta demanda y lo sigue siendo. Sería algo a considerar en el futuro que sea parte de las prestaciones que brindan las organizaciones”, añadió como consejo.

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Capacitar al personal con un fin colectivo

El médico ocupacional Andrés Álvarez aclaró que los servicios de prevención y salud en el trabajo no solo se encargan de hacer evaluaciones de riesgos o de la persona, sino que también tienen un plan de capacitaciones.

“La reanimación cardiopulmonar y el manejo del desfibrilador (DEA) es una de ellas y trasciende lo que es al ambiente laboral, impacta al nivel de la sociedad. A veces en el traslado al trabajo o en nuestra propia casa tener esos conocimientos salva vidas”, comentó.

Agregó que en general en las organizaciones debería haber una brigada o una comisión de salud que gestione temas tales como una evacuación o aspectos sanitarios de reanimación o uso de otras técnicas.

“Es importante que las organizaciones capaciten y tengan conformado un servicio sobre todo para generar una cultura organizacional de prevención”, destacó.

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