COPA DEL MUNDO

Qatar 2022 está allí, a la vista, dando inicio a una cuenta regresiva de apenas un mes. Con cierto retraso en relación a otras copas, al final empieza a sentirse el clima mundialista. Por supuesto que matizado por las polémicas que lo han rodeado desde que se eligió la sede, hace 12 años: se ha discutido desde la particular fecha de disputa, a fin de año, hasta las denuncias sobre las penosas condiciones laborales de los obreros que construyeron los estadios.

El certamen comenzará el domingo 20 de noviembre con el encuentro Qatar-Ecuador a las 19.00 hora local (13:00 de Uruguay) en el estadio Al Bayt.

Debe recordarse que esta Copa del Mundo nació con un pecado original: 21 de los 24 dirigentes que integraban el Comité Ejecutivo de la FIFA cuando en 2010 se aprobó la candidatura catarí fueron acusados y en muchos casos condenados por corrupción. La sospecha de sobornos para decidir sus votos siempre fue fuerte, aunque no hubo condenas por este punto ni se dio marcha atrás con la designación.

“Será el mejor mundial de la historia”, afirmó hace pocos días el presidente de la FIFA Gianni Infantino. Claro que también lo dijo antes sobre Rusia 2018 y sus antecesores lo dijeron sobre anteriores ediciones. Lo que está claro es que será el más caro de la historia, con 6.500 millones de dólares invertidos en los ocho estadios y 36.000 en la infraestructura de transporte y hoteles.

Para Qatar, un rico emirato gasífero del Golfo Pérsico, representa una gran oportunidad de presentarse ante el mundo como una nación moderna. Con apenas 11.571 km2 de superficie y 2,9 millones de habitantes, la mayoría extranjeros, cuenta con uno de los PIB por habitante más altos del mundo, con 61.276 dólares en 2021, según el Banco Mundial.

Esa apertura internacional tiene sus riesgos, como dejar al descubierto sus anticuadas (por definirlas suavemente) concepciones sobre el papel de la mujer y la población homosexual.

Varias selecciones de Europa y la de Estados Unidos anunciaron que sus capitanes llevarán brazaletes con un corazón multicolor en respaldo de las campañas contra la discriminación sexual, desafiando las normas de la FIFA que vetan esas manifestaciones.

PREPARATIVOS. Si bien el último de los ocho estadios que recibirán los partidos mundialistas que faltaba fue inaugurado a comienzos de setiembre, en Qatar los obreros siguen trabajando noche y día para finalizar otros trabajos en unas calles ya decoradas con los colores del torneo.

Según el último anuncio de la FIFA esta semana, ya se vendieron alrededor de 2,9 millones de entradas, del total de 3.010.679 localidades disponibles para los 64 partidos.

Los países que más boletos compraron son Qatar (947.846), Estados Unidos (146.616), Arabia Saudita (123.228), Inglaterra (91.632), México (91.173), Emiratos Árabes (66.127), Argentina (61.083), Francia (42.287), Brasil (39.546) y Alemania (38.117).

Se espera la llegada de más de un millón de visitantes, en tanto por televisión lo seguirán unos 5.000 millones de personas.

Los 31 equipos clasificados, además del anfitrión (ver aparte), están planificando sus últimos pasos previos al torneo. Muchos de ellos saben que tendrán solo una semana -días más, días menos- desde la pausa de las principales ligas del mundo, para reunir a sus jugadores y viajar a Medio Oriente. Japón será el primer seleccionado en arribar a Qatar, el 7 de noviembre. Una semana más tarde, el 14, se cerrará el plazo para que se presenten las listas de 26 futbolistas que competirán en Qatar.

"CONSPIRACIÓN". No se acallan mientras tanto las controversias sobre las condiciones laborales en Qatar. En estos días varias organizaciones insisten en un llamado a constituir un fondo de indemnización para los trabajadores migrantes afectados por las obras del Mundial.

“Hace ya doce años que los trabajadores y sus familias no han sido indemnizados por las muertes, las lesiones y los salarios impagados. Demasiadas muertes no han sido siquiera investigadas. Al menos, podemos rectificar las cosas antes del Mundial", reclamó Rothna Begum, de la ONG Human Rights Watch, en declaraciones a la AFP.

Una investigación del diario británico The Guardian informó en 2021 que unos 6.500 obreros habían muerto por accidentes o debido a las duras condiciones laborales desde 2010 en la construcción de los estadios cataríes y en la infraestructura del Mundial.

Qatar asegura que se han mejorado las condiciones laborales. Infantino, en tanto, elogió esta semana las “reformas revolucionarias del país que “mejoran la vida de miles de trabajadores”. Los medios nacionales, estrechamente vinculados al poder, llevaron a cabo hace una decena de días un ataque coordinado contra las críticas. El diario en lengua árabe Al Sharq, por ejemplo, estimó que existe una “conspiración sistemática” de los medios de numerosos países europeos, “cuando estos mismos medios han olvidado las condiciones miserables sufridas por los trabajadores en Europa”. (Con información de AFP y medios europeos)