AURINEGROS
Fueron varios los futbolistas que dejaron la institución luego del título obtenido en 2021, pero hay cuatro que el equipo extraña demasiado.
Es una verdad absoluta que uno no percibe el valor de lo que tiene hasta que lo pierde. No siempre es así, porque —por ejemplo— en el caso de Peñarol, cuando se anunció la salida de Facundo Torres, se tomó conciencia colectiva de lo difícil que sería disimular su ausencia. Por algo la institución aceptó negociarlo solo a él y no también a Agustín Álvarez Martínez, pues sabía que sería resignar todo.
El transcurso del tiempo ha demostrado que el goleador de la Copa Sudamericana 2021 sintió sicológicamente el no haberse marchado, bajó su nivel, sufre un bloqueo anotador y a cada partido que no convierte se desvaloriza un poco más, pero como tiene solo 20 años (cumplirá 21 el 19 de mayo) es altamente probable que una vez que supere el mal trago volverá a ser el jugador desequilibrante que es. Pero esto es, en todo caso, harina de otro costal.
La cuestión principal son los futbolistas que ya no están, esos a los que Peñarol echa tanto de menos que está séptimo en la tabla de posiciones —a nueve puntos del líder Deportivo Maldonado con 18 por disputarse— y que solo ha convertido seis tantos en nueve presentaciones. En este rubro se puede contar a cuatro, aunque uno de ellos estuvo en el inicio sin haber hecho un aporte significativo:
Además de darle solvencia al fondo aurinegro al tener un muy buen juego aéreo y también experiencia en los mano a mano, Kagelmacher es un zaguero con gol. Jugando en el aurinegro abrió partidos con cabezazos directos a la red o bien que generaron pelotas de gol aprovechadas por compañeros. Su importancia en el plantel 2021 queda demostrado con sus 41 presencias en el año, en las que aportó dos tantos.
Fue de los jugadores más desequilibrantes del fútbol uruguayo en 2021 por su habilidad, su potencia, su pegada, su discernimiento en el área. Se perdió varios partidos por lesiones porque era de los más golpeados. Los rivales (locales e internacionales) sabían que era el jugador que no debía desarrollar velocidad y por eso lo paraban con faltas ni bien tomaba la pelota. Disputó 37 encuentros y anotó 10 goles, pero generó muchísimos más. Su venta le reportó US$ 9 millones a la institución, aunque también un vacío futbolístico imposible de llenar.
Para el hincha de Peñarol serán imborrables los dos goles que anotó Jesús Trindade en los descuentos del partido ante Sud América en el Campeón del Siglo por la última fecha del Clausura. El aurinegro empataba 1-1 y estaba igualando en el primer lugar con Nacional, pero el doblete del mediocampista le dio el título y el pasaje a la definición del Uruguayo con Plaza Colonia. Fue más que promocionada la importancia de Trindade en el funcionamiento colectivo de Peñarol el año pasado, pero es quizás hoy la ausencia que más se nota. Su buen trato de balón aseguraba salida clara, pero por sobre todas las cosas su despliegue y dinámica le permitían a Walter Gargano jugar más liberado y ser más influyente en el juego ofensivo de Peñarol. El de Trindade (37 partidos disputados y 4 tantos) es el típico caso del inicio de la nota: el hincha se dio cuenta de su valor cuando dejó de tenerlo.
Fue elegido el jugador más valioso de la pasada temporada, lo que habla a las claras de su importancia. No obstante, su caso tiene una particularidad y es que disputó las primeras fechas antes de marcharse al fútbol brasileño sin poder desequilibrar. El extremo fue de los que más partidos jugó la temporada pasada, 42, además de los cinco del actual Apertura. Convirtió 7 goles. Este año se fue sin anotar.